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Da el gobernador á Lorenzo Bernal, mill y quinientos pesos con el cargo de general.

A cuya causa el día de hoy debe la real hacienda más de cien mill pesos. Francisco de Gálvez.

18 de marzo de 1560.

LXXIV-Carta del Licenciado Santillán al Consejo de Indias, y providencia dictada por éste.

(Archivo de Indias).

Muy ilustres señores.-Luego que á esta cibdad llegué de la provincia de Chile, escribí á Vuestra Señoría dando relación del estado de aquella tierra y del en que hallé ésta, y porque en el tiempo que estu ve en aquella tierra me ocupé en poner en orden las cosas de la justicia y sobrellevar los naturales y remediarles en algo la opresión que tenian; y puesto que lo que para este efecto ordené estando allá lo hice guardar y ejecutar, pero tuve entendido de codicia desordenada de los de por acá, y de la obstinación que tienen en desollar estos pobres indios, que, en volviendo la cabeza, se volverían á lo de antes, como he tenido noticia lo han comenzado á hacer; para cuyo remedio pedí en esta Audiencia se diese calor para la ejecución de ello, y no pareció darse tan complidamente como era necesario; y por eso acordé ocurrir á S. M. y á Vuestra Señoría por el remedio; y para que Vuestras Señorías sean informados, envío una suma de lo más sustancial que yo hice; y suplico á Vuestra Señoría lo mande ver y proveer en ello la orden que más convenga al descargo de la conciencia de S. M.; y doy aviso á Vuestra Señoría que si con brevedad no se socorre á aquellos pocos indios que han quedado en aquel reino, se acabarán de consumir, por que son tratados de la suerte que en la dicha relación se dice, y aún peor. De lo tocante á este reino sólo tengo que decir que está en toda paz y quietud, aunque los naturales tienen también necesidad de más ejecución en las cosas que en su favor Vuestra Señoría tiene muy santamente proveído: la causa dello no la digo, porque no se me note á atrevimiento: remédiela Dios, al cual suplico guarde las muy ilustres

personas de Vuestra Señoría con aumento de mayores estados, como sus servidores deseamos.-De los Reyes, 18 marzo 1560 años.-Muy ilustres señores.-De Vuestra Señoría menor siervo que sus muy ilustres manos besa.-El Licenciado Fernando de Santillán.

A S. M. del licenciado Fernando de Santillán, de 15 de marzo de 1560. -Para el gobernador de Chile: que envíe éste un traslado desta relación, quitando della lo que toca á Villagran y á Aguirre, por la cual carta se le mande que en el entretanto que S. M. otra cosa provee y manda, se guarde lo proveído por el Licenciado Santillán en esta dicha relación, y castigue con rigor á los que dello excedieren, y se junte con el Obispo, y llamados dos religiosos de los más experimentados en la tierra y que hayan andado en la doctrina y platiquen si de guardarse las dichas ordenanzas hay algunos inconvenientes, y si se podrá dar otra orden que más convenga á la conservación de los naturales y bien de aquella tierra; y sobre ello envíen su parecer á este Consejo, declarando en particular en cada cosa lo que les parece; y que el gobernador aperciba á los encomenderos y otros españoles que se provean de negros para el beneficio de las minas, porque los naturales sean más sobrellevados, y el dicho parecer le envíen con toda brevedad.

16 de abril de 1560.

LXXV-Carta del Cabildo de la ciudad de Osorno á S. M. en recomendación de Antonio Núñez Ramírez.

(Archivo de Indias).

Sacra Católica Real Majestad.-En esta ciudad de Osorno, provincia de Chile, se ha hecho una probanza por parte de Antonio Núñez Ramírez de lo que á V. M. ha servido en esta tierra: parece por ella y a algunos de este ayuntamiento consta de vista y lo demás de notorie dad, haber catorce años que pasó á estas provincias, durante el cual tiempo se ha ocupado sirviendo á V. M. en la conquista y pacificación y sustentación desta tierra; y en muchos trabajos y peligros que en ella ha habido, haciendo grandes gastos á su costa y misión; es notorio y cosa averiguada, demás desto, haber ayudado para que se diese socorro á esta tierra en vida de don Pedro de Valdivia, gobernador que fué por V. M., con cinco mill pesos de su hacienda; y por los gastos que ha

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hecho y poco aprovechamiento de ciertos indios que tiene, está muy pobre y adeudado, y con lo que tiene en nombre de V. M. encomendado, vemos que no se puede sustentar sino muy trabajosamente, y empeñándose ha servido como leal vasallo, sin haber deservido en cosa alguna: suplicamos á V. M., le remunere sus servicios y méritos con espléndidas mercedes, concedidas á tan buen vasallo, que en ello se descarga la real conciencia de V. M. á quien Dios Nuestro Señor deje reinar por largos tiempos con otros mayores reinos. Desta ciudad de Osorno, á 16 de abril de 1560.--Sacra Católica Real Majestad, leales vasallos de V. M.-El Cabildo é Ayuntamiento de la dicha ciudad.— Alvaro de Mendoza.-(Hay una rúbrica).—Juan de Alvarado.-(Hay una rúbrica).-Juan de Figueroa.-(Hay una rúbrica).-Francisco de Santisteban.-(Hay una rúbrica).

Con acuerdo del dicho Ayuntamiento.-Joachín de Rueda, escribano público y de cabildo.-(Hay una rúbrica).

12 de junio de 1560.

LXXVI.-Carta del Cabildo de la ciudad de Cañete en que se relacionan los servicios hechos en Chile por don García Hurtado de Mendoza.

(Archivo de Indias, 70-4-15).

Muy poderoso señor:-Pues esta nueva cibdad de Cañete la Frontera se fundó y pobló en nombre de Vuestra Alteza, tenemos obligación de dar verdadera y larga relación en nuestras cartas de lo que el gobernador don García Hurtado de Mendoza hemos visto ha hecho después que entró en esta tierra, que había más de cuatro años que los naturales estaban alzados y rebelados, por haber muerto al gobernador don Pedro de Valdivia y muchos españoles, y haber otras muchas victorias, y así fue muy necesaria y acertada su venida con ocho navíos y seiscientos hombres de guerra, todos tan aderezados cuanto convenía, y ochocientos caballos que metió por los desiertos y despoblados; llegó á la cibdad de la Serena, primera cibdad desta gobernación, y de allí partió sin entrar en otra ninguna, y llegó donde solía estar poblada la cibdad de la Concibición y salió á tierra y hizo un fuerte, donde se reco

gió con su gente, y desde allí envió á llamar los naturales de paz por la orden que les paresció á él y á frailes de tres Ordenes que consigo tenía, y haciendo muchas amonestaciones y diligencias por menos daño destos naturales, vinieron sobre el fuerte y pelearon con los españoles: fué Nuestro Señor servido que fueran vencidos y desbaratados los naturales. Desde á seis días llegó gente por tierra que aguardaba, y partióse con éstos y los que tenía de aquel sitio y pasó con barcas que había hecho hacer allí, el río Biobío, que es un río caudaloso y grande; y el día siguiente que lo pasó, le dieron otra batalla en el llano, sobre tarde, acabado de sentar el campo, y fueron los indios desbaratados; y pasando á las provincias de Arauco, donde llegó y estuvo quince días reformando el campo, partió de allí á la provincia de Tucapel, donde ahora está fundada está cibdad, que se tenía noticia estar los naturales muy fortalecidos y todos juntos y aguardando, y un día al cuarto del alba vinieron sobre el campo estando á siete leguas de Tucapel y le dieron otra batalla campal: fueron desbaratados como las primeras; con esto llegó á la provincia de Tucapel y asentó el real, y hizo una fuerza, y así estas batallas como otras dos que dieron á dos capitanes suyos bien cerca del campo, les hizo dar la obediencia á V. A.; pobló esta cibdad y envió luego á poblar la de la Concibición á un capitán y doscientos hombres bien aderezados, y así se pobló y reedificó, que los naturales con persecuciones y batallas los años antes habían echado de allí á los españoles, matando muchos dellos, y habían echado por tierra los edificios y quemado los templos; y el gobernador Don García se salió desta cibdad de Cañete la Frontera, dejándola aderezada de gente, armas y caballos y un fuerte hecho, y fué á la cibdad Imperial y cibdad Rica y Valdivia y las reformó en todo lo que convenía; y partióse á las provincias de Ancud y descubrimiento de los Coronados, pasando grandes lagos y caudalosos ríos, peligrosos y de mucho trabajo; y visitada aquella tierra, que no se había visto, volvió, y en sitio conviniente pobló la cibdad de Osorno y dejó en ellá todo lo necesario para la sustentación, de allí dió la vuelta á esta cibdad de Cañete la Frontera, que della le avisamos se habían tornado á rebelar los naturales: estando el gober nador Don García fuera della, nos habían dado una batalla sobre la cibdad y fuerte, á donde habían llegado el día antes treinta hombres de á caballo que el Gobernador nos envió de socorro, que á tal tiempo hi cieron mucho provecho: fueron los naturales desbaratados, como las

y

batallas antes, y así segunda vez dieron la obediencia á V. A.; y desde algunos días, viniendo el Gobernador á ver lo sucedido, toda la tierra generalmente se volvió á alzar y rebelar; hicieron fuerzas en malos pasos y caminos donde había de pasar para matarle y los demás. Llegó el Gobernador á esta cibdad y fortificóla, y partió para la Concibición, que tenía noticia estaba en el camino la junta general en un fuerte, donde tenían estos naturales artillería y arcabuces, con que pelearon, que los habían ganado en las batallas que los años antes tuvieron con el gobernador don Pedro de Valdivia y sus capitanes, cuando le mataron, y en otros desbarates y vitorias: después representóles el combate y de una parte y otra jugó el artillería: fué Nuestro Señor servido que los desbarató y castigó como convenía, de modo que han dado de veras la obediencia á V. A. Desbaratados los naturales, se fué á Arauco y hizo una casa fuerte, donde ha estado con sus amigos y criados, sustentando toda esta tierra, pasando muchos trabajos y desasosiegos; desde allí envió á poblar y reedificar la cibdad de los Infantes bien, todo hecho á costa de su persona y hacienda, dando orden desde la fuerza de Arauco en todo, y reformando y proveyendo lo nescesario al servicio de Dios, nuestro señor, y de V. A., y bien y conservación destos naturales, lo cual ha sido para tener, como tiene, todas estas provincias de paz y sirven con mucho descanso y contentamiento, por haberles hecho la guerra el gobernador Don García como cristiano y celoso del servicio de V. A., que verdaderamente se ha gobernado, así en esto como en lo que toca á los españoles, muy justa y rectamente; y en principio y medio y fin tan bueno ha mostrado mucho valor y pruden cia y teniendo en todo tanta paz y quietud.

Y estas cosas de por tierra no le hicieron olvidar las de la mar, que desde el puerto de la Concibición despachó dos navíos bien aderezados de marineros y un capitán de mucha expiriencia á descubrir el Estrecho de Magallanes, del cual le trujo relación dentro de un año, hecha su carta de marear y disinio de costa hasta la Mar del Norte; y hemos entendido y visto que ha sido bien á costa de su hacienda y trabajo de su persona; y pues su celo ha sido tan santo y bueno, obligados somos los vasallos de V. A. á declararlo, suplicando á V. A., como nuevamente suplicamos humildemente, pues en nombre de V. A. se pobló y fundó esta cibdad, por lo cual somos preferidos, primero, nos haga tanto bien y merced de nos le dejar en nuestro gobierno, pues tanto conviene

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