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MINAS DE CUYO

Esta provincia, aunque no tan abundante de minas y minerales como las de Chile, tiene lo bastante para que no se pueda decir de ella que es pobre de esto. En los lugares septentrionales hay minas de oro y de cobre, pero que no se trabajan por la desidia de sus habitantes. Hay tamnbien minas copiosas de plomo, vitriolo, azufre, sal, carbon, topil, (sic) hierro, alquitran y talco. De esta piedra trasparente llegan a sacar algunas láminas largas dos piés, claras, y que sirven optimamente en lugar de cristales para las ventanas. Del vitriolo se saca tambien alguno, pero no tanto como debia ser para que su comercio no fuese del todo pasivo.

Los montes vecinos a la ciudad de San Juan, se componen todos de láminas de mármol blanco: largas de cinco a seis piés, y gruesas de seis a siete pulgadas, cortadas y bruñidas por la naturaleza. Los habitantes de esta ciudad hacen de estos mármoles una buena cal para los edificios, y se sirven tambien de ellos para atravesarlos sobre los canales y que hagan las veces de puentes. Tan a lo natural se vive en esta provincia y tan sin aprecio pasan sobre las riquezas naturales de su país, las que, si aprovechasen, la constituiria en el rango de las provincias ricas del universo, pero por esta desidia, ella está colocada en la clase de los paises infelices. Se quejan de este argumento, pero sin razon. No consideran estos naturales que las cosas que la degradan de la bondad que ellos pretenden, son notorias a todos, y las cosas que la darian aprecio y estimacion están ocultas, y solo se manifiestan a muy pocos. Cuando ellos despierten del letargo en que viven, abran los ojos para ver y apreciar las riquezas que poseen, venzan la desidia, y con la industria y saber las hagan ver al mundo por un comercio activo, ellos harán mudar a éste el concepto ya formado. Entretanto, no procurando el buen nombre de su país, y no haciendo ver la razon porque se pretenda, hacen caer sobre

sí mismos todo el peso de la ignominia, esto es, hacen, que un país en så bueno, en sí abundante, en sí rico, es pobre, es infeliz, es escaso por sus habitantes.

HABITANTES NATURALES DE CUYO

La provincia de Cuyo estaba muy poblada de indios a la entrada de los españoles de Chile, y la estuvo hasta muchos años despues que estos últimos se hicieron dueños de ella. Presentemente son muy pocos, de modo que siendo muy pocos los españoles, son, con todo, muy superiores en número. No ha sido la causa, mortandad que los españoles hayan hecho en ellos, porque la conquista de esta provincia se puede decir no se ha hecho con el derramamiento de una sola gota de sangre, como se verá por la Historia de Chile. Sus habitantes, como vasallos que eran de los Incas, cuyo imperio estaba ya bajo la dominacion de los españoles, lo que ellos no ignoraban, reconocieron sin la menor resistencia a los mismos que dominaban en el Perú como sus soberanos.

Esta disminucion, que ciertamente es muy grande, no puede tener otra causa, sino que habitando ellos las partes ménos sanas de la provincia, como son las vecindades de las lagunas de Guanacache, las orillas del rio Coulara, adonde se hallan hoy dia reducidos, se enferman muchos, y se acortan mucho sus vidas. Tambien muchos se han españolizado contrayendo matrimonio con hijas de españoles tenidas en indias. Como éstos desde la primera generacion salgan blancos, traen desde luego las pretensiones de españoles, y quieren ser reputados por tales, y así viven entre estos como individuos de nuestra nacion. Tampoco se debe negar que muchos de estos indios se han ido pasando poco a poco a las tierras aun no conquistadas. Qué mucho, pues, se note tanta disminucion de los naturales? No solo el filo de una espada del conquistador, que, vuelvo a decir que aquí no ha tenido uso alguno, causa esterminio en una provincia, sino tambien la mala habitacion y el clima cuasi siempre infesta do la despueblan.

Los godos hicieron a toda la India y la España, gótica, sin haber pasado al filo de la espada sus primeros habitantes, a lo menos a su mayor parte,

en fuerza solo de las alianzas matrimoniales, de modo que a pocos años toda la Italia, toda la España no era sino nacion goda, y los primeros puros insulares, puros etruros, puros españoles, eran tan pocos que parecian se habia exterminado su primera nacion: ¿por qué, pues, a estos matrimonios, mas que no al filo de la espada, se debe atribuir la disminucion de los indios? Esta razon yo la hallo tanto mas fuerle cuanto que considero en ella, que los hijos que viven de dichos matrimonios, o sea el padre español, o sea la madre, ellos toman el color blanco de los españoles, que no tienen los primeros naturales; sacan la barba, de que estos otros carecen, y así mas fácilmente se confunden con los españoles puros. Si uno no es práctico en distinguir éstos, tendrá por puro español, esto es, por hijo de una española y un español, al que es en la realidad un mestizo, esto es, hijo de un español o española y de una india o indio. De esta clase son no pocos los que pueblan las campiñas de Cuyo y hacen los oficios bajos en sus poblaciones.

A mas de que nos consta por cuasi todas las Historias, que cuando una Nacion ha entrado a dominar en otro reino o provincia, a poco tiempo, la subyugada se ha visto descomparecer respecto de la dominante, aunque ella no haya hecho las crueldades, de que falsa y maliciosamente nos acusan los extrangeros, muchos de los cuales por los países de la misma América, donde han entrado y encontrado bien poblados, y ahora no lo son tanto, debian decir esto mismo que acabo de decir, si no quieren, en fuerza de consecuencia, confesar de sí mismos lo que acusan y condenan en los otros.

Los primeros, pues, pobladores de Cuyo, que se llaman Guarpes, son ellos de estatura mediana, de corporatura flacos y delgados, de color oscuro y muy diversos en la construccion de sus cuerpos de los chilenos; porque al paso que estos muestran en todos sus miembros la constitucion del hombre mas fuerte, ellos se hacen ver desde luego débiles y de pocas fuerzas. Del mismo modo, las dotes del ánimo son diversas; porque ellos han sido siempre constantes, y jamás han intentado sacudir el yugo español; mas aplicados al trabajo que a la guerra, siempre dóciles a la voz del que los manda, nada arteros y nada divertidos en el juego. De su religion gentítica y costumbres y modo de gobierno nada han dejado escrito los mas antiguos escritores, y los que ahora escribimos no podemos ni aun conjeturarlas, porque todos los que hay al presente son católicos, y no tienen otras costumbres en el vivir, vestir y comer y gobernarse dentro y fuera de casa que las de los españoles, habiéndose conformado en un todo con estos. Viven con ellos en una perfecta armonía y como si fuesen dependientes de ellos, en tanto grado que tienen como olvidada y abandonada su propia nativa lengua, hablando siempre la española y confesándose en ella.

No me maravilla esto, pues sé que con el dominio solo tributario que los incas tenian sobre ellos habian adoptado la lengua de los peruanos, tanto que algunos se han avanzado a decir que la de aquéllos era tambien de éstos, lo que es absolutamente falso, como se convenze de la gramática de la lengua de estos indios, que dejó compuesta el célebre P. Luis Valdivia. Para conmigo solo prueba esto la docilidad de ánimo

HISTORIA DE CHILE.--LIB. II. CAP. X

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y buena capacidad de estos indios que se sabian acomodar al Soberano que los mandaba, y que este dominio de los peruanos era ya muy antiguo entre ellos. Mas, como al principio de la entrada de los españoles en esta provincia, algunos de ellos poseian ya la lengua peruana, éstos comunicaban por medio de ella con ellos, ignorando la propia de ellos, por no haberlos oido hablar otra que la dicha, la creyeron y despacharon por propia. Pero el padre Valdivia, con su celo imponderable, reconociéndola muy diversa y que la peruana habia de caer y sepultarse con el vasaIlaje que habia hasta allí tributado aquella Nacion, creyó conveniente, como lo hizo, fatigar su vejez en aprender dicha lengua, para sacar en limpio sus preceptos y dejarlos explicados a los futuros misioneros, y con eso abierta la puerta para entrar mas fácilmente al trato de estas gentes.1

No se sabe que hasta los Incas nacion alguna los hubiese dominado, por lo que se puede congeturar que este dominio de los peruanos sobre esta provincia es anterior a la subyugacion que hicieron los mismos de las provincias septentrionales de Chile, cerca de cien años antes de las conquistas españolas en el Perú, porque no se hace persuasible que en un gobierno tan suave, diré en un puro tributario de tan pocos años, hubiese prevalecido tanto la lengua de ellos, que ya fuese general en toʻla la provincia y de modo que se pudiese creer fuese la propia. Mas, en el camino que conduce por la montaña de los Andes de este país a aquel imperio, se ven hasta ahora algunas casillas de piedras colocadas y afijadas sin mezcla alguna, donde se dice 'se alojaban los correos que continuamente llevaban al Emperador la noticia de lo que pasaba en la provincia, por donde iba el tributo ánuo, y donde los oficiales que el Emperador o mandaba a la provincia, o los llamaba de ella, segun que creia mas conveniente a su servicio. Cien años solos de dominio son pocos para tanto número de casas, para un regulamento tan arreglado, y para estar tan bien aceptos, que ya no se acordasen que habian sido conquistados. En los mas (si esto fuese verdad) estaria fresca la memoria, y se puede asegurar, atenta la vida larga de estas gentes, que a la entrada de los españoles aun no habrian pasado dos generaciones, y que no faltaria uno u otro viejo que hubiese nacido en tiempo de la libertad o independencia del Perú. Sea de esto lo que fuere, despues del yugo peruano no han reconocido estas gentes otro que el español.

1 El libro del Padre Valdivia a que se refiere el autor, consta de cuatro partes muy diversas, impresas todas, en Lima en 1607, cuya descripcion podrá encontrarse en nuestra Bibliotheca Americana, pájs. 440 y 441.

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