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tos; éste lo tiran por un aro o cerco sostenido de dos piés y cae sobre otro círculo señalado de otros puntos, que notan con tantos, y segun el mas o menos que componen unos y otros, esto es, los que dice el triángulo por la parte superior y el mas inmediato al puesto en que queda, se vence o se pierde. Véase este, indicado en la tabla de los árboles.

Se deleitan tambien con el canto y con el baile. Su música no es falta de armonía y tienen muchas canciones muy afectuosas y que con el tono de las voces exprimen el dolor o la alegría y los otros afectos del ánimo. Su lengua, como queda demostrado, es propísima para la poesía y muy suave a la pronunciacion, lo que contribuye no poco a hacer agradable al oido estas sus canciones. Los instrumentos musicales son los mismos que sirven para la guerra, como son, el tambor, los pífanos y las medias flautas. Cuando ellos cantan cosas lúgubres no usan estos instrumentos, porque dicen que el ánimo, divertido con la armonía de los instrumentos, no puede concebir el dolor y afecto compasivo que se pretende con las canciones melancólicas y lo juzgan una contradiccion.

Acompañan por lo comun el canto con el baile, en el cual tienen variedad de danzas, no del todo faltas de armonía. Entran a bailar diez o doce personas (que es lo mas comun) las cuales no bailan todas a un tiempo, sino con cierta armonía, bailando ya cuatro, ya seis y tal vez una. En las danzas ordinarias, tomándose por las manos, forman un círculo en medio del cual está un alferez con su estandarte o bandera alusiva a la ocasion de la fiesta, y van saltando al contorno, bebiendo entretanto o vino o chicha, que está preparada al lado de dicho alferez. Las mujeres bailan siempre separadas de los hombres y solo cuando ellas se han calentado con la bebida, suelen girar al contorno de los hombres, pero sin mezclarse con ellos.'

Esta es la nacion chilena, estos los verdaderos colores con que se debe pintar. Cualquier otro carácter que se pretenda darle, por lo que en otros puntos se diga de ella, si se quiere decir la verdad, se hallará la contradiccion. Ella es bárbara, pero no carece de luces en todo género, las cuales en un imparcial modificarán el concepto de su rusticidad e ignorancia. Ella es poco refinada en su política, pero al mismo tiempo se descubren algunos rasgos de penetracion en este punto. Ella es tenaz en sus costumbres, pero cede a las que halla mas convenientes para conservar las fundamentales del estado libre que profesa. Ella es soberbia, pero sabe alabar el valor aun de sus contrarios. En todo cede a otras, ménos en el valor y puntos de honor. A todo calla ménos al desprecio que se le hace o a la superioridad que se pretende tener sobre ella. Por todo pasa ménos por la servitud o esclavitud o cosa que huela a esto. Nada re. pugna como no se oponga a su libertad. Nada desea teniendo lo necesario en casa. En fin, a todo se adapta y se sugeta por su amada libertad, teniéndolo todo por inferior a ésta. Muchas reflexiones podia haber hecho al describir su lengua, su gobierno, su religion, sus costumbres, en orden a la cultura que suponen hubo algun tiempo entre esta nacion; pero yo,

1. Aquí hay una lámina que representa un baile de indios.

HISTORIA DE CHILE.-LIB. VI. CAP. XII

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bien que me venian a la pluma, las he omitido y dejado a la consideracion de los lectores, bastándome haber puesto el fundamento para ellas, y con esto llenar mi objeto de la descripcion de estos indios, cual ellos la piden al presente, sin ser necesario hacer congeturas de lo que fueran. Por esto no he querido yo entrar en sus primeros ascendientes o en el orígen de estos indios, porque no teniendo ellos archivos ni escrituras, y por estar sus relaciones o tradiciones tan confusas y tan contradictorias que no se puede asentar pié ni cosa alguna, ni establecer un razonable sistema. No sucede así con los hechos de guerra entre esta nacion y la española, porque los de esta última nos han dejado escrito lo mas mínimo que ha sucedido con ellos. Con todo, yo confieso que no me hallo con todos aquellos documentos que me eran necesarios para dar una completa historia, particularmente en las cosas del segundo siglo, porque escribiendo fuera del Reino, no he podido adquirir las competentes noticias.

FIN DEL TOMO I

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