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HISTORIA DE CHILE.-LIB. V.-CAP. VII

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cos con pintas de amarillo. Con su canto, que es lúgubre, y sobre que los indios auguran infelicidades, parece proferir distintamente las sílabas del nombre que le han dado aquellos, como sucede tambien con el que se sigue.

Tercero: el tapaculo es un pájaro grande como una gallina doméstica, a cuyo género, mas que a ninguno, se arrima mas, porque él tiene las alas bien provistas de pluma y nunca vuela ni se alza en el aire; estas alas son algo arqueadas como las de la gallina; su espalda y pecho anchos; trae la cabeza levantada, como tambien la cola, que es corta. Su color es pardo dorado con ligeras manchas negras; su carne, que es toda blanca, es muy sustanciosa y regalada. Se nutre de yerbas y granos silvestres. Vive dentro del monte en lugares secos, y solo se le ve a los alrededores de algunos matorrales, a donde se refugia al menor rumor; ordinariamente van de dos en dos, uno notablemente mayor que el otro. Profiere tan distintamente las sílabas de su nombre, que quien no está advertido de ello, lo ha tomado por burla de alguno que está escondido entre los árboles.

Por lo que toca a la belleza, fuera de los muchos ya dichos, que son de ellos, tiene la pigda, que es un primor de la naturaleza, el cual bien que no sea tan particular de Chile que él no se encuentre en otra parte de la América, es por lo menos originario en él. Generalmente hablando, él tiene un color que no se puede explicar, sino es tomando por comparacion lo mas bello de la naturaleza, porque allí se ve concurrir para formarlo, no solo el resplandor del oro y de las piedras preciosas, sino el luciente de todas las tintas mas alegres y mas vivas de la naturaleza. El brillo de tales colores se aviva mas o ménos, segun la diversa refraccion de la luz y la diferente postura del ojo que la mira, de modo que ya se ve de color de fuego encendido, ya del amarillo del oro mas luciente, ya del verde mas alegre, ya del azul esmaltado, ya de muchos de estos juntos; ya lo que se ve de un color en esta postura, se ve de otro en otra, de modo que se puede decir que no tiene ninguno permanente y que los tiene todos. Goza tambien de otra prerrogativa, y es que conserva su esplendor aun despues de la muerte y hasta tanto dura su cuerpecillo. seco. Esta avecilla es por ventura la mas pequeña, porque su cuerpo desplumado en las mas pequeñas de la especie pequeña, no excede el grueso de una avellana regular, y en los de la especie grande, el de una almendra. A proporcion es su cabeza, en la que los ojos son como la cabeza de un alfiler, negros y vivos, el pico es largo como el cuerpo y sutil como un alfiler; la lengua es dividida, el cuello corto y de grueso proporcionado a la máquina del cuerpo. Sus piernas algo sutiles y acaban en cuatro dedos, son negras, como tambien sus pequeñísimas uñas. Las plumas maestras de las alas son tan largas que llegan a cubrir hasta un tercio de su cola, que se compone de siete o nueve plumas, tan largas como todo su cuerpo. Estas bellísimas avecillas se ven en el verano volar entre las flores en busca del jugo de que se nutren. Raras veces se paran, y muy frecuentemente se sostienen en el aire, como si estuviesen inmobles. Los machos se distinguen de las hembras por el esmalte de la cabeza, el cual es de un amarillo tan vivo que flamea como el fue

go. Hacen su nido en los árboles, no como los otros pájaros, porque él no está apoyado sobre rama alguna, sino que él está pendido o colgado de algun hilo o crin. En él deposita la hembra dos solos huevos, gruesos como un garbanzo, blancos, con algunas manchas amarillas. La hembra y el macho los empollan, estando sobre ellos alternativamente uno despues de otro. El verano es cuando hacen esto. Llegado el invierno, se cuelgan por el pico de una rama, y allí quedan inmobles hasta la primavera. Algunos peripatéticos han querido llamar esto una reproduccion, pero en buena física no es sino una especie de letargo que causa el frio en los sensibilísmos miembros de este animalito.

Tres especies de estos cuenta Chile, esto es, el mínimo, el cabeza azul, y el crestado. El mínimo no pesa mas de veintidos gramos. Su color dominante es un verde reluciente, que parece barnizado o de barniz de este color dado sobre metal. El cabeza azul, tiene el cuerpo un poco mas grande y la cola tres veces mas larga, su pico es derecho, agudo y blanquizco, la cabeza de un color vivo azul, como esmaltado; el cuello y la espalda de un verde tambien esmaltado, y el vientre de un rojo tirante al amarillo. Las plumas de las alas y de la cola son azules y variadas de púrpura. El crestado es mas grueso que los otros; su pico es corvo, su cabeza adornada de un copete variado de púrpura y de oro, el cuello y la espalda verde, las plumas de las alas, como las de la cola, oscuras con manchas de oro, toda la parte inferior de su cuerpo es de color de au

rora.

PÁJAROS DAÑINOS

Toda la verdura que he ponderado de Chile se creerá desaparecer al leer la descripcion del perniciosísimo pájaro que voy a describir, como toda la melodía al ver tanta ave de rapiña como luego veremos anida en este Reino. En efecto, si estos no fuesen tan montaraces, lo poblado estaria cuasi desierto o deshabitado de estas alegrísimas aves, y si la existencia de aquel no correspondiese a su nombre, no se veria verdura alguna en Chile.

Llámase este pájaro rara, y para ser mas singular, él compone, segun el señor Molina, un género nuevo. El pico y sus propiedades hacen esta ave maligna. Ella, para cebarse de las yerbas, echa a tierra la planta, cortando la vecina para hallar raíz. No fuera esto tan malo si solo hiciese esto con lo que ha de comer, pero es mas frecuente en ella cortar muchas ántes, aun de una misma especie, que el aprovecharse de una. Tiene tambien particular inclinacion a las cultivadas, en las que hace mayor estrago que en las silvestres. Su maligno pico es cónico, derecho, puntiagudo, grueso, fuerte, largo cerca de una pulgada, y sus filos hechos en forma de sierra, con lo que no se le resiste planta alguna; la lengua corta y obtusa. La grandeza de su cuerpo, de una codorniz; su color pardo oscuro en la espalda y claro por el vientre; la cabeza algo mas gruesa que la que correspondia a su cuerpo; sus ojos tienen la pupila. oscura, las plumas maestras de las alas, como las primeras de la cola, tienen las puntas negras; su graznido, en cierto modo, exprime las sílabas de su nombre, él es interrumpido, ronco y algo displicente al oido. Por las malas propiedades que he dicho, los campesinos le han declarado. la guerra y cuantas pueden haber a las manos las matan, como tambien destruyen sus nidos, en que nunca se encuentran mas de dos huevos blancos. Sea por esto o porque ellas sean poco fecundas, su especie no es abundante de individuos.

Entre los dañinos cuento yo tambien el cheuque, que malamente le han llamado avestruz los españoles, porque él es, en la realidad, un pájaro diverso, no teniendo, como el avestruz africano, ni las alas armadas de aguijones ni lo externo calloso, pero bien sí como él la propiedad de devorar indiferentemente todo cuanto se le presenta delante, llegando hasta tragar el fierro, por lo que yo le cuento en este órden. El señor Paw lo hace de la misma especie que el avestruz africano, con el fin de apoyar su doctrina de la degeneracion de los animales en América; pero esto ni se concuerda bien con los principios de física natural, ni con la descripcion que él mismo hace de este pájaro. Degeneracion, como él la pone, porque tiene un dedo mas en los piés, esto es tres, cuando el africano dos solos, seria degenerar por tener el número de miembros destinados a los individuos de su clase. Las propiedades no bastan para colocarlo en una misma especie, porque unas mismas se ven en animales diversos, no solo en la especie, sino aun en el género. Se olvida frecuentemente este autor de los principios establecidos por los naturalistas para infamar la América, no para con los instruidos en éstos, sino para con los ignorantes. El avestruz chileno es, ciertamente, distinto en especie del africano, no solo por las indicadas particularidades, sino tambien porque sus alas no son pequeñas, sino tan grandes que con ellas cubre todo el cuerpo y sus altas piernas cuando es acometido de los perros; éstas están vestidas de plumas por todas partes, y aunque las largas, que suelen tener mas de tres piés, no sirvan para volar, le sirven para acelerar su carrera cuando es perseguido, y para con ellas sacar suertes. De las plumas se sirven los chilenos para hacer quitasoles, plumeros, penachos. Tiene otras mas diferencias del africano. Estos viven en sociedad y en tanto que parece que todas las hembras de una compañía ponen todas sus huevos en un mismo lugar, porque se encuentran nidos con cuarenta y sesenta huevos, tan grandes que uno contiene dos libras de agua; se nota en estos nidos uno separado de los otros, el cual se cree está destinado a no ser empollado sino a que se pudra para romperlo cuando nazcan los polluelos, y así haya concurrencia de moscas, con que se alimenten sin fatigarse. De esta experiencia, que es constante en Chile, infiero yo que éstos anidan y empollan sus huevos, porque si solo el calor del sol y de la arena en que están bastan para eso, éste, separado tambien, se empollaria. Que no se les encuentre sobre ellos puede y debe creerse suceda así, que ellos, al ruido de gente o su vista, los desamparen para poner en salvo sus vidas.

PÁJAROS DE RAPIÑA

No se puede decir de los cernícalos, de los peucos, de los alcones, de los varis, de las águilas, del tharu, del cóndor, todas aves de rapiña, que abunden en individuos, no obstante la guerra que a los mas de ellos se hace. Pero se debe añadir que muchos de éstos son utilísimos a las campiñas, porque destruyen muchos enemigos de ellas. El cernicalo se tira principalmente contra las diucas, que son dañosas a las sementaras; los varis contra los ratones campestres, las águilas contra los sapos y culebras, el tharu contra la langosta. El peucu es de una carne exquisita; el alcon es de una gran diversion para la caza; en suma, tienen algunas propiedades que los hacen, por otra parte, recomendables. De éstos el cernícalo y el alcon no tienen la mas mínima diferencia de los europeos de su especie.

El peuco es grande como un grueso capon; su color es pardo claro, con manchas negras: las plumas maestras de las alas delgadas, con mas de negro que de pardo por arriba, y por abajo totalmente pardas. Las del pecho y vientre son mas claras y apénas manchadas. Sus piernas cortas, escamosas, peladas, recias, y sus cuatro dedos en que acaban, armados de fuertes garras. No hace presa si no es volando y solo cuando está muy hambriento se lanza contra los pájaros que están firmes; habita los bosques y siempre se posa en los árboles mas coposos y en lo mas subido de ellos para desde allí asechar mejor los pájaros. Su vuelo es rapidísimo.

El vari es una especie de águila, mas corpulento que el peuco; su color es de un azul claro por el lomo y cuasi perfectamente blanco por el pecho, vientre y alas. Vuela siempre bajo y seguido, ménos cuando busca el alimento, que entonces lo hace circularmente en alguna distancia, y apénas descubre un raton, que, doblando las puntas de las alas, se deja

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