Imatges de pàgina
PDF
EPUB

JUNCOS, CAÑAS Y YEDRAS

En la clase de cañas y yedras no es Chile tan rico por ventura, como otros países de la América, pero él tiene lo bastante para que se diga dél, que no está destituido de estas cosas. Yo rejistraré aquí solo aquellas de que se percibe alguna utilidad o que se aprovechan en algun modo. Entre los juncos, es notable uno redondo y alto cerca de cuatro piés, con solas tres hojas muy largas y en forma de espada que despuntan en su extremidad; en medio de dichas hojas se ven cuatro espigas, o, por mejor decir, penachos, donde se halla la flor y la semilla de la planta. Los campesinos se sirven algunas veces del interno de este junco, que es esponjoso, para los pabilos de sus velas, que arden muy bien y dan una luz muy clara, y casi nada hacen de humo, pero al menor golpe se rompen.

Comercian los peguenches en las férias que anualmente hacen en las provincias españolas, con unas bellas cestas, hechas, por cuanto se dice, con una especie de junco que crece en los valles que ellos habitan de la cordillera.

Entre las cañas propias es remarcable la caña sólida chilena, de la que hay varias especies, con los distintivos genéricos de caña, bajo el nombre general de coliu, en índico, y en español, de caña brava; todas ellas tienen la corteza lisa, durísima, de color amarillo, blanquizca; interiormente, de una sustancia algo mas sólida que el corcho, que es sostenida de unas hilas fuertes; sus hojas son estrechas, largas una media vara y muy ásperas, por lo comun no crecen sino sobre las ramas en que se divide, hácia la punta, naciendo de las junturas que forman sus nudos. Usan de estas cañas los habitantes en diversos usos, segun la diversidad de la especie. La que llaman rugi, en lengua del país, la emplean en hacer jaulas de pájaros, cercas de sembrados, y en cubrir los techos de las ca

sas para poner sobre ellas las tejas. Esta es la especie de caña brava que en Chile se levanta mas, y derecha suele tener diez y seis y hasta veinte piés; tienen los nudos mas distantes que las otras y son de un grueso por dos tercios de su alto muy igual, y de ahí va muy insensiblemente degradando. La quila suministra a los indios y a los españoles el leño mas propio para sus lanzas: son mas fuertes, mas gruesas que las otras, y sus nudos no tan distantes como los de la ya dicha. La caña de Valdivia, así llamada por los españoles, por darse en el territorio de esta ciudad, la estiman para bastones; tiene ella los nudos tan vecinos los unos a los otros, que en algunos bastones habrá la distancia de una sola pulgada. Cuanto mas vecinos los tienen tanto mas se estiman. He visto de éstas, algunos bastones negros como un azabache, pero esto es artificiosamente, porque su color natural es naranjado.

Del género de yedras o enredaderas es Chile abundantísimo y hay de ellas algunas muy propias para cubrir las murallas de los jardines o formar éstos con gracia, tanto por la curiosa construccion de sus hojas, como por la belleza de sus flores. Así juzgo la que llaman copiu, la cual produce una flor larga tres pulgadas, de un bellísimo color carmesí, manchado interiormente de blanco, que tira al amarillo. Esta planta que se levanta sobre los árboles mas altos, tiene las hojas de tres en tres, ovales, de un bello verde un poco cargado. Ella da un fruto que, maduro, no es del todo despreciable, porque él consiste en una pulpa blanca suave y de un jugo azucarado; en medio de ella están las semillas, que no son muchas; contiene toda esta pulpa una corteza suave, lisa por afuera, de color amarillo oscuro, cuando está maduro el fruto, el cual es de figura cilíndrica, y en las mas gruesas tendrá su diámetro una pulgada.

Se encuentran tambien la flor de la pasion, la zarzaparrilla y cuatro o cinco de aquellas que los nacionales llaman voqui. La zarzaparrilla ninguno ignora su utilidad, pues es conocida de todos su virtud, por el frecuente uso que de ella hace la medicina. La virtud de esta planta, que se halla a las orillas de un rio que entra en Biobio, han querido atribuirla, como dejo ya notado, a la virtud saludable del agua de dicho rio; pero yo mas lo atribuyo a los minerales, por donde él deba pasar, y a los otros muchos que con él se juntan, que a la de este vegetable.

Entre los voquis se tiene por mas útil la especie que llaman cogul, porque de ella se aprovechan en lo que luego se dirá, y no de las otras, que, a mi juicio, pueden servir igualmente. Dicho cogul, es un sarmiento leñoso, redondo, grueso, ya como el pulgar, ya mas, ya menos, segun la fertilidad del terreno en que se ha criado, o tal vez la edad. El conserva este grueso por la mayor parte de su extension, que suele llegar a mas de treinta, y aun de cuarenta brazadas. Nace esta planta en los lugares sombríos y húmedos, y crece arrimada a los árboles, subiendo hasta lo mas alto de ellos, como hacen las yedras, pero sin atacarse a ellos como estas: cuando ha llegado allí, baja perpendicularmente, si no encuentra otro árbol o rama por donde subir, y repitiendo esto tantas veces que forma una cierta confusion de cuerdas, que en algun modo representa la confusion de cuerdas para uno poco práctico de la marina, de la arboladura de un navío. Aunque vuelva a tocar en tierra, no vuelve a echar

HISTORIA DE CHILE.-LIB. III. -CAP. VII

139

raices. Las hojas son del todo semejantes a las que he dicho del copiu. Sus flores son leguminosas, de color rojo; de estas viene el fruto, que es una vaina gruesa, como el pulgar, y largo, seis o siete dedos; la cual encierra una pulpa blanquizca, mantecosa, agradable al paladar de muchos. Dentro de dicha pulpa se encuentran cinco o seis semillas muy semejantes a las del algodon. Créese este fruto muy cálido, y algunos estómagos no lo pueden retener, y, teniéndolo, les causa un dolor fuerte de cabeza. Los mas lo comen con gusto y no sienten novedad alguna. Cuando los campesimos han de hacer alguna cerca, van a los bosques y se proveen con ellos de las cuerdas necesarias para ligar los leños unos con otros. Sacan de ciento y de doscientas brazas el uno. Para hacerlo mas flexible, lo tuestan ligeramente al fuego antes de ponerlo en obra. Algunos han tentado de hacer de ellos cables, y aunque no tienen tanta resistencia como los que se hacen de cáñamo, con todo, suplen bastante bien su falta, y parece que duran mas en la agua que aquellos otros. En Chiloé nace otra especie de estas plantas, que llaman pepoi, con la cual aquellos isleños hacen, no solo las cuerdas de sus embarcaciones, sino tambien que cosen entre sí las tablas que las componen.

MATORRALBS

El Reino de Chile es copiosísimo de matorrales, entre los cuales hay algunos muy deliciosos por su fruto, otros muy apreciables por sus benéficas eualidades, otros muy proficuos por la ayuda que dan a las artes. Los mas notables, en cada una de estas clases, haré yo pasar bajo los ojos de mi lector.

De los de fruto, basta el que llaman los indios uni, y los españoles murtilla, porque da un fruto verdaderamente de los mas deliciosos que puede gustar el paladar. Este matorral es del género de los mirtos, de que se cuentan en Chile siete especies. Este vegetable se alza tres o cuatro piés, con las ramas opuestas, dos a dos: sus hojas tambien opuestas, son semejantes a aquellas del mirto de toronto; sus flores son blancas, en su caliz se forma el fruto, el cual en el color y la figura externa es una granada pequeña, su grandeza como de un garbanzo ordinario: es tan aromático, que se percibe su olor en distancia de muchos pasos, y dura en la boca hasta un dia entero: en fin, su gusto es tan delicado que incita a comer mas y mas. Yo considero este fruto silvestre como el superior que presentan las campiñas de Chile para regalo de sus habitantes.

Mr. de la Pernelly, hablando de este fruto, dice que él es el mas alegre a la vista, y el mas delicioso al gusto; que puesto en infusion de aguardiente con un poco de azúcar, hace un lieor excelente; porque él exhala un olor de ámbar y de almizcle, que no repugnará ni a los que no pueden sufrir los perfumes, y agradará infinitamente a los que los buscan. Al principio de la conquista del Reino, hicieron de este fruto los españoles un vino muy delicado, muy agradable y estomacal. De él dice Herrera: «el vino que se hace con la fruta del uni, es mejor que aquel de palma, que la cidra, que la cerveza, y que todos los vinos medicinales. Este vino es

« AnteriorContinua »