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LIBRO TERCERO

REINO VEGETABLE DE CHILE

Chile presenta en su reino vegetable el teatro mas próvido y mas alegre que pueda un hombre figurarse. El naturalista descubre nuevos géneros, nuevas especies de plantas con que aumentar la cadena de los vegetables, y con que unir sus anillos hasta ahora muy dislocados en muchas partes. El laborioso agricultor halla en él plantas alimentares con que dar no menos sustento a su familia, que procurarse nuevos ramos de utilidad. El artista industrioso encuentra no menos copiosa materia de sus fatigas, que noble objeto en que emplearse y con que dar mayor valor a los efectos de su trabajo o hijos de su industria. El médico, antídoto contra las enfermedades que estudia desterrar del mundo; en una palabra, en todo género mucho y mucho nuevo. Yo discurriria gustosamente de todas ellas, pero ni esto es del fin que me he propuesto, ni las observaciones necesarias, que no he podido practicar sobre muchas de ellas me lo permiten; por tanto me limitaré a tratar únicamente de las plantas y árboles que hallo mas notables por la utilidad que traen a aquellos habitantes, o que les pueden traer, por lo que no dejaré de indicar, por lo menos, el modo con que se puede sacar de ellas o algun o mas provecho. Como este sea mi principal fin, este será el órden principal que seguiré en su descripcion, al fin de la cual procuraré de notar las clases, los órdenes, los géneros del sistema sexual a que se pueden referir tales vegetables, para con esto satisfacer la curiosidad del que me contempla naturalista. No haré esto con todas de las que aquí hablaré, así porque ellas ya están bastantemente conocidas, descriptas a la perfeccion por otros célebres naturalistas, como por no fastidiar a los que no gustan de este estudio utilísimo, que son los mas. Concluidas estas con este órden, aunque no filosófico, pero mas cómodo y mas apto para hacer formar justa idea de las producciones mas útiles del Reino, yo pasaré a los árboles propios del país, guardando el mismo órden, y cerraré el reino vegetable de Chile con los árboles a él extrangeros.

PLANTAS ALIMENTARES DE CHILE

En la clase de las alimentares yo doy el primer órden a la planta llamada en lengua chilena gua y por los españoles trigo de Indias, porque ella hacia las veces de trigo, y hoy en la Europa suple grandemente su falta, de modo que algunos notan que desde que ha tomado estimacion en ella no son tan frecuentes las pestes, porque no se experimentan las hambres. Esta planta, pues, sumamente fecunda habia en Chile a la entrada de los españoles, lo que es comun en toda la América, segun Acosta en su Historia natural, libro 4, capítulo 16, donde se esplica así: «como en las partes del mundo viejo, que son la Europa, la Asia y la Africa, el grano mas estimado por los hombres es el trigo, así en las partes del Nuevo Mundo ha sido y es el grano del maíz y se ha hallado en cuasi todos los Reinos de las Indias Occidentales, en el Perú, en la Nueva España, en el Nuevo Reino, en Guatemala, en Chile y en toda la tierra firme». No se sabe de cuál país de la América él sea originario, solo sí que lo encontraron en cuasi todos los Reinos y provincias de la América, en quienes tiene diversos nombres. Esto por ventura y el nombre de India impropiamente dado a aquella cuarta parte del mundo, ha hecho decir en su Diccionario de Historia natural a Monsieur Bomaire que el maiz es originario del Africa; ha sido de allí trasportado a la Europa y de aquí a la América. Es, pues, todo lo contrario. Encontrado en América, él de allí ha sido trasportado a la Europa, y de ésta ha pasado al Asia, de donde ha vuelto a algunas partes de ella, que aun no lo conocian, y por quienes, como nota muy bien Costan Durante, ha sido malamente llamado gran turco. En fin, a quien no convenciere la autoridad aseverantemente dicha del padre Acosta, que estuvo en la América Meridional poco despues de la entrada de los españoles en ella, valgan los diversos nombres índicos que dicha planta tiene en las partes de la América conquistadas por los españoles, quienes, si hubiesen sido los introductores, lo hubieran

introducido bajo de un mismo nombre, como lo han hecho con el trigo, cebada y los otros frutos europeos.

Este grano, pues, originario de América, crece y fructifica maravillosamente en Chile, como que fuese en su nativo suelo. Un grano produce no pocas veces dos, tres y aun cuatro cañas, y cada caña carga ordinariamente tres o cuatro mazorcas, o como en dicho Reino dicen, choclos, bien grandes y perfectamente granados. No pocas veces he visto granado en no pocas partes el plumero en que remata dicha planta, o donde ella produce las flores fecundatrices o flores machos. Cultívanse en Chile tanto por los españoles como por los indios ocho o nueve variedades, si no se quiere decir especies diversas. Hacen un grande uso dichas gentes de su grano, haciendo de él diversos manjares, entre los cuales es muy de su gusto el que llaman huminta. Esta se hace con el maíz fresco y tierno, y aun en leche, cortando primero con un cuchillo sus granos sobre la mazorca y majándolos entre dos piedras lisas, como preparan el cacao los chocolateros. La masa jugosa y como de leche que proviene de esto, la aliñan con buena grasa, sal, y algunos con un poco de pimienta o azúcar sola; repárten la despues en tantos panecillos, los cuales, envueltos en las hojas mas tiernas de los mismos choclos, los cuecen en agua hirviendo o los asan en el horno. Con esta misma masa así preparada cubren no pocas veces el pino de los pasteles. Algunos para hacer mas delicadas las humintas, despues de majado el grano fresco, extraen por un paño de lino muy limpio la leche, y de ella con el aliño mas de su gusto forman sus humintas. Como no todo el año puedan tener el maíz fresco han hallado el modo de suplir esta falta. Ponen una porcion de grano seco en arena húmeda y al cabo de algunos dias lo encuentran hinchado, y en estado de nacer, en el que adquiere mucha de la suavidad y leche que tiene cuando fresco. Lavado con mucho cuidado, lo preparan del modo dicho. Es frecuente entre estas gentes comerlo aun estando fresco y asado sobre las brasas, ya cocido en el caldo de carne, como tambien hacer de él un muy sabroso plato de sus granos enteros y aun tiernos; y una de las especies da sus calabazos rojos, al que dan el nombre de pilco, el cual, por este nombre indio, se debe creer lo han tomado los españoles de los indios.

Cuando el maíz se ha puesto duro, lo dejan madurar para cosecharlo y susténtanse de él en el invierno en una de dos maneras; porque o le dan un ligero cocimiento al horno, le rompen gruesamente, en cuyo estado lo llaman chuchoca, o lo dejan entero y crudo. Con el primero hacen miniestra o lo mezclan con carne, y con el otro una suerte de cerveza muy gustosa y espiritosa; la cual al principio repugna al que sabe el modo con que la hacen, pero una vez gustada y vencida la natural repugnancia, la apetece. Mascan (estos son los indios) la porcion competente a la capacidad del vaso, y dejándole la saliva, porque esta es la que le sirve de levadura, y lo que ayuda a su fermentacion, se pone con agua a fermentar, lo que, siendo el vaso como lo es preparado, sucede dentro de pocas horas, y conforme la quieren mas o ménos fuerte la dejan hervir uno o dos dias, pero sin pasar de éstos, porque pasa a vinagrarse; repasan la bebida en otros vasos, clara y limpia y de un color dorado, y en estos, co

HISTORIA DE CHILE.-LIB. III.-ĊAP. I

111 mo estén en un lugar fresco, se conserva buena por varios dias. No dudo que esta especie de cerveza de maíz se pueda perfeccionar y hacerla que dure mas tiempo que lo que ella dura. Pero en Chile ello no sucederá, porque, lo primero, el hacerla del modo dicho está solo en uso para con los indios, y lo segundo, porque abundan de muchos y buenos vinos los españoles, que podian tomarse este empeño. Hacen tambien harina de este grano, pero ántes de molerla acostumbran el tostarlo en un baño de arena que sea pura. A este fin destinan la especie de maíz que llaman curagua, la cual, aunque en todas sus partes sea mas pequeña, con el reventar que hace con el calor de la arena, adquiere un volúmen dos veces mas grande que el otro, y rinde una harina mas blanca y mas ligera y muy de gusto de las personas del mas delicado paladar; estos confites (que esta es la figura que hacen los granos reventados) los muelen en unas piedras como de moler el cacao. Esta harina disuelta en agua o fresca o caliente, con azúcar o sin ella, es la bebida que llaman upo y chercan. No se sabe que los indios la hayan usado de otros modos de los que dejo dichos, porque, aunque entre los indios de Chile no fuese ignorado el uso del pan que ellos llaman couque, es de presumir este lo hiciesen o de una especie de centeno que, bajo el nombre de magua, cultivaban ántes de la entrada de los españoles, o de una suerte de cebada que ellos tenian y llamaban tuca, las cuales ahora han dejado de cultivar por haber hallado superior a las dichas el trigo, que les han llevado los españoles.

La utilidad, que ya prueban grandísima, muchas partes de la Europa, con las papas, me hace ponerlas en segundo lugar; y el empeño que se va dispertando en ella de su cultivo, a no omitir los descubrimientos que han hecho algunos, que se han declarado protectores de esta raiz americana. Todos estos se lamentan cómo tan tarde, esto es, tanto despues de descubierta la América, los europeos hayan pensado a usar de tan sano alimento y a cultivar una planta tan útil.

Los irlandeses comenzaron esta cultura primero que todos. De la Irlanda pasó bien presto a la Inglaterra; de allí sucesivamente a Flandes, a la Picardia, a la Franco Condea, a la Alsacia, a la Borgoña, a la Lenguadoca y otras provincias de la Francia, donde hoy dia se cultiva, mirada como un ramo interesante de la agricultura y el estado. Los suizos, sobre todo, exceden a todos en la cultura de este fruto, particularmente de sesenta años a esta parte, en que ha crecido tanto el empeño de aquellos pueblos, que dos tercios de ellos se sustentan de papas y expecialmente los niños, que, como saben todos, no vienen ménos robustos que aquellos de otros pueblos alimentados con el trigo mas bello, ni de lo que eran antes de tal alimento. En la Italia, con nuestra estada y con muchos clamores que han dado algunos sabios amantes de la patria, principian a tener estimacion. Ellas, en realidad, tienen todas las cualidades que se pueden pedir para merecerse una grande estimacion; son sanas de modo que algunos médicos, dejando otras harinas hasta ahora usadas, la ordinaria y la de almidon, han principiado a recetar ésta con buen suceso. Son sustanciosas de modo que un gayan, aunque no tome otro alimento resiste el trabajo; son fecundas de modo que en un terreno donde se cogen diez fanegas de trigo, se cosechan cerca de ciento de papas. Su

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