Imatges de pàgina
PDF
EPUB

ESTABLECIMIENTO DE LOS ESPAÑOLES EN LA PROVINCIA DE CUYO

Don Pedro de Valdivia, conquistador de Chile, con la noticia que traia del Perú, de la provincia de Cuyo, hizo entrar en ella al oficial de su mayor confianza por aquel entónces, don Francisco de Aguirre. Este no halló resistencia alguna y allí se mantuvo discurriendo cuerdamente la provincia, sin temor de asechanza alguna, ni de alguna traicion, hasta que le vino la noticia de la infeliz muerte de su general, que lo dejaba nombrado por su sucesor en segundo lugar en el pliego de providencia que haba dejado ántes de salir a la campaña, y faltando del Reino el que estaba el primer lugar, él se creia de mejor derecho para el mando del Reino. Con esto dejó a Cuyo y pasó a Chile a hacer ver su derecho y la posesion y establecimiento en la provincia de Cuyo por los españoles quedó suspensa hasta el año de mil quinientos sesenta, en que volvió a entrar er ella por mandado del gobernador don García Hurtado de Mendoza, do Pedro de Castillo. Este, con las luces que habia traido de la provincia don Francisco Aguirre, puso luego mano a establecer en ella los españoles, para lo cual traia competente número de gente. Hizo dos establecinientos, el primero, la ciudad que, del ilustre apellido de su gefe, llanó Mendoza, y el segundo, aquella de San Juan de la Frontera, porque hicia frente a los enemigos mas fuertes de los españoles.

Mendoz, que desde los principios ha sido la capital de la provincia y silla del que la gobierna, está situada en un llano al pié de la cordillera, en grados 33 y 29 minutos de latitud austral y 308 y 31 minutos de longitud. Se cuentan en ella presentemente seis mil habitantes, cuya mayor parte es de puros españoles, dentro de sus casas, y en su distrito, que es muy vasto, son mucho mas sus habitantes. A mas de la parroquia y un Colegio que habia de Jesuitas, hay conventos de observantes de San Francisco, de Santo Domingo, de San Agustin y de Mercedarios. Esta ciudad tiene un gran comercio de vinos y frutas secas con Buenos Aires; el vino que manda a dicha ciudad se hace subir a una suma de

doscientas cuarenta y siete mil arrobas castellanas. Con esto y con la vecindad de las riquísimas minas de Uspallata, a las cuales sus habitantes han empezado a poner alguna atencion, se va aumentando notablemente y entrando en mayor lustre. Con todo, se debe decir que no hay grandes caudales, porque es siempre mas lo que sus habitantes gastan en vestir ropas extrangeras que lo que ellos sacan de los frutos de sus haciendas. Sus casas, aunque cómodas, no tienen nada de gusto, nada de grande y mucho menos de magnífico. Sus iglesias, exceptuada la que fué de los Jesuitas, no tienen arquitectura. Báñala el rio Mendoza, el que parece habia de darle hermosura, y es lo que la afea mas, porque por descuido de sus vecinos y la cualidad mala del terreno forma un cauce muy irregular, en partes muy profundo y en partes vecino a los edificios, y este año es aquí y otro es allí; porque no habiendo cuidado hasta ahorade sus márgenes, hoy come aquí y mañana allí, hoy está de esta banda y ese otro dia de la otra. Si esto sucede con la ciudad ¿qué no sucecerá con los campos?

San Juan de la Frontera, distante de Mendoza cuarenta y cinco leguas, está situada tambien no léjos de la cordillera, en grados 31 y 4 minutos de latitud, y 308.31 minutos de longitud a la orilla del rio de San Juan. Tiene ella cuasi el mismo número de habitantes y las mismas religiones y conventos religiosos que Mendoza. Trafica tambien con Buenos Aires, a donde manda anualmente treinta y tres mil arrobas de aguardiente, frutas secas y pieles de vicuña, de cuya lana hacen finísimos pañuelos de narices y algunas corbatas. Las granadas de su territorio son estimadas aun en Chile, por su grandeza y dulzura. Esta ciudad es goiernada por un cabildo que se muda todos los años, y por un teniente coregidor de Mendoza. No ha sido jamas acometida de los indios. No hay en toda ella una fábrica, aun contando las iglesias, que merezca alguna dencion. La Punta o San Luis de Loyola, fué fundada el año mil quinientos noventa y seis por don Martin Oñez de Loyola, que gobernaba a chile entónces y quiso honrarla con su apellido. Esta dista de Mendozacerca de sesenta y dos leguas, y se halla en grados 33 y 47 minutos de atitud, y 311 y 32 minutos de longitud. Bien que ella esté como en el pasațe comun de todo el comercio que se hace entre Chile, Mendoza, San Juan y Buenos Aires, y se pueda decir que ella posea un territorio de los mejores de la provincia, está aun en un estado muy miserable, y sus habitates, que apenas llegan a doscientos, no representan sino la imágen de lamiseria, de la ignorancia y de la rusticidad. Hay allí una parroquia, un. iglesia que fué de los jesuitas, y un convento de los dominicanos. Toos estos respiran la pobreza del lugar, aun en los vasos y ornamento sagrados. El gobierno civil y militar, tanto de la ciudad como de la urisdiccion, que es muy vasta y muy poblada, está administrado por u; teniente corregidor de Mendoza.

Fuera de estas tres ciudades, tiene Cuyo algunas villas y aldes, como el Jacal o San José, en 29 grados y 40 minutos de latitud, y de longitud 308 y 20 minutos. Vallefértil, cuasi tocando en 30 grados de latitud, y 310 de longitud y 30 minutos. La situacion de esta villa no puede ser mas ventajosa por la fertilidad de su terreno amenísimo, pero ella ja tenido

HISTORIA DE CHILE.LIB. II.-CAP. XI

105

la desgracia de tener por pobladores gente que no aspira sino a pasar la vida con lo que naturalmente produce la tierra, y así nada ha adelantado. Moguia, en grados veinte y nueve y 40 minutos de latitud y 308 y 27 minutos de longitud, Corocorto, Leoncito, Calisganta, Pismanta, y otras son de tan poca consideracion hasta el presente, que no merecen mas mencion que la que he hecho de ellas.

« AnteriorContinua »