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de particular labor; dentro de ella, un trono de nubes adornado de pedrería preciosa que le enriquecia; estaban en él tres graciosos ángeles relevados, con instrumentos músicos en las manos, de plata dorados; el trono esa de nubes, sembrado de rostros de serafines, tres por una parte y tres por otra; sobre ellas un gran libro cerrado con manecillas de plata esmaltadas; sobre él cuatro coronas de lo mismo; en ellas estaba sentado un hermosisimo cordero, de tal primor, que parecia vivo por su naturalidad; en una mano, algo elevada, tenia una cruz y ban dera tambien de plata dorada; los ojos eran de cristal, y en la cabeza una diadema de plata, con rayos, guarnecida de piedras riquísimas. Divisábanse en la cabeza señales de la corona de espinas, como en el costado, pies y manos las llagas. Cubríase esta sublime talla con un pabellon de tela de glasé, y cuando se descubria, tenian dos ángeles el cortinaje: las paredes de los lados de la capilla las adornaban pinturas de un pincel célebre. En algunas festividades del año la decoraban las religiosas con flores, fanales y otros diges. Un Sumo Pontífice concedió á esta comunidad el que pudiese ganar jubileo plenísimo en ella, visitándoles en la festividad del Corpus, haciendo estensiva esta gracia á SS. MM., que desde palacio venian á ganarle, por la mina de que hemos hablado ya. Dentro de la capilla mencionada, á los lados, habia dos nichos grandes ú ornacinas: en la una habia una imágen de San Cárlos Borromeo, y en la otra una figura de San Antonio de Padua. El suelo está chapeado de azulejos. Esta capilla se desmanteló para poner en ella la pila bautismal; pero las alhajas existen.

En el segundo arco de este cláustro, en la parte que hemos referido que se arrima á la iglesia, comienzan los cuadros de la vida de la Vírgen: los tres primeros, despues de la capilla del Cordero, son de los misterios de la Concepcion, Natividad y Presentacion, hechos por los célebres artistas ya mencionados.

En el siguiente hay otra capilla que es como la anterior en su bóveda estan pintadas primorosamente cuatro mujeres célebres del antiguo Testamento, que son Judit, Ester, María, hermana de Moisés, y Jael, con los instrumentos que las hicieron ilustres en la historia sagrada.

La imágen que daba nombre á esta capilla era la de

Nuestra Señora de Loreto, copiada del original que existe en Italia. Delante de este cuadro había una urna de ébano, forrada en terciopelo sembrado de estrellas de plata, y en ella un Jesus representando una figura muy dolorosa: fué regalo del duque de Monteleon á la madre Jesus Mariana de San José: á los dos lados habia dos escelentes pinturas, una de ellas sobre piedra, que representaba la pasion de Cristo, y otra á un divino Ecce homo, dádiva de sor Luisa de las Llagas, abadesa que fué del monasterio de señoras Descalzas Reales, cuya imágen llevó á aquel convento la Serma. infanta sor Margarita de la Cruz y Austria. A los lados del altar habia dos estátuas muy buenas de San Gregorio, papa, y de San Antonio de Pádua, que regaló la condesa de Medellin. Sobre la puerta de la capilla hay todavía el siguiente letrero (1).

Esta capilla la hizo la Excma. señora condesa de Miranda, que tuvo una hija en este monasterio, y suplica á las religiosas que por allí pasen, que la encomienden á Dios.

Prosiguen por los cuatro lienzos cuadros de gran tamaño pertenecientes á la vida de Cristo y de la Virgen. En las estaciones donde no hay puerta 6 capilla se veian antes varios altares con preciosos retablos con las imágenes de Ntra. Sra. de Monserrat, Guadalupe, del Sagrario de Toledo, del Pilar de Zaragoza, de Atocha y de la Sacra Familia, copias todas muy buenas: los frontales eran de azulejos (2).

El cláustro alto, que está sobre el que hemos dicho, es tambien de piedra, de manera que de alto á bajo hay dos órdenes de pilares con sus arcos de piedra, que toda la parte de arquitectura que forman es muy notable y vistosa: tiene escelente proporcion, aunque no tanta altura: los antepechos son como balcones de hierro pabonados: las formas son encerrados de que penden cortinas. Sobre estas formas, en el hueco de là bóveda, hay un país encima, pequeño, sobre cada arco el suyo. En las correspondencias de las paredes de cada cuatro lienzos estan puestos cuatro cuadros grandes, que representan á los esfor

(1) Esta capilla se desmanteló cuando salieron las religiosas en 1241.

(2) Hoy acaso se hayan vuelto á colecar.

zados mártires que padecieron en las persecuciones de la iglesia.

Es devotísima vista, por la variedad de los tormentos que inventó la crueldad de los tiranos: en todas se leen los nombres de los gloriosos confesores. Los regaló el rey fundador D. Felipe III. Estas pinturas guarnecian tres láminas, una en lo alto del cuadro, que corresponden á la de enfrente; las dos á los lados, y mirando todo junto hacen gran adorno y hermosura al cláustro: en los ángulos habia siete altares con pinturas primorosas (1), de un afamado artista; estaban guarnecidas de marcos dorados, y eran de las siete basílicas de la Estacion de Roma, colocadas con el mismo órden que se visitan aquellas en la ciudad eterna, á saber: San Juan de Letran, San Pedro y San Pablo, Santa María la Mayor, San Lorenzo, San Sebastian, Santa Cruz en Jerusalen, ganándose las mismas gracias que en aquellas.

En este cláustro, en el lienzo por donde pasaban los soberanos á su real tribuna, que estaba contigua á la iglesia, habia tres capillas (acaso hoy todavía) capaces y bien trazadas, con bóvedas de diferentes labores y los suelos matizados de azulejos. En la primera capilla ocupaba el altar un tabernáculo de aguas marinas, guarnecido de bronces dorados, con gran artificio y curiosidad, con multitud de óvalos, labores que adornaban las cuatro columnas en el friso y pedestal habia unos corredores del mismo vidrio, muy graciosos: cubríale un cimborio de las mismas aguas y guarniciones, rematando en una (todavía se conserva): dentro de este magnífico adorno habia una imágen de Jesus, de escultura muy bien acabada, y hay tradicion que el artífice, mientras lo ejecutaba, rezaba el salmo Miserere y otras oraciones; que desechó tres esculturas antes de concluir esta: es hermosísima; se ve al sagrado Hecce homo amarrado á una columna; admiraba la suspension que tiene en los ojos, el rostro alzado, revelando dolor; las heridas, tan frescas y lastimosas, en particular en las espaldas, hombros y rodillas: está el cuerpo tan perfecto, que se palpan los encajes de los huesos, los nervios y las venas; á las arterias solo les falta la pul

(1) Hoy puede que se hayan vuelto á poner, pues se quitaron en 1841.

sacion. Esta imágen dió nombre á Gregorio Hernandez, su autor, estatuario famoso de Valladolid.

Acompañaban los lados de este tabernáculo dos cartelas de verde y oro muy airosas, y afirmábanse sobre dos pilastras de oro y negro. En la parte de atrás tenia una cortina de tela de oro y flores sobre campo carmesí, tejida de hojuela de plata, guarnecida con puntas de lo mismo, y para mayor decencia tenia por todos cuatro lados unas cortinas de velillo de plata carmesí con la misma guarnicion. Esta capilla está todavía adornada de pinturas; no tiene puertas (así en todas las demás) con unas varas torneadas, pintadas de verde y oro, que llenan un marco dorado con vidrieras, y de esta colgaba una cortina verae que cubria la capilla.

La segunda aún existe, y está dedicada á ambos San Juanes, Bautista y Evangelista: el altar del segundo es una bella pintura, obra de Caxes: está escribiendo el Apocalipsis; le costeó la reina fundadora: compite la guarnicion con el pincel: adornan los lados unas carteras doradas en forma de caracol. En medio del altar, sobre unas gradas, hay una figura del primero encima de una peña dorada; hay ademas lindísimas pinturas de Vicencio.

En el mismo cláustro hay otra capilla dedicada á Nuestra Señora, muy bien proporcionada, con una bóveda pintada; la puerta es de palo santo con unas verjas labradas que dan vista á la capilla cuando está cerrada: sobre el altar se ve una imágen de talla, que representa á la Vírgen, muy peregrina, con el niño en los brazos: está sentada sobre una nube: á los pies algunos serafines, sobre una peana dorada que se levanta encima de tres gradas. Cubre la pared una cortina elegante, á los dos lados se ven escelentes cuadros de Bartolomé Roman ó de alguno que le emitó, y descansan sobre pilatras doradas sobre negro.

Otra capilla hay dedicada al Misterio de la Espectacion de Nuestra Señora, muy espresiva, de buena escultura: es en estremo perfecta la postura que tiene, y la suspension que se observa significa con propiedad el título que lleva, pues está mirando al sagrado depósito que hay en su vientre, que está en medio de un grande óvalo con brillantes rayos, y en ellos seis agraciados ángeles con instrumentos músicos de plata. Está pisando la Virgen con su planta una nube sobre una peña de palo santo, labrada con gran primor de molduras y óvalos: está la imágen

colocada en una urna dorada, rodeada de vidrieras con guarniciones doradas. La parte superior de la capilla remata en un nicho, donde se advierte un niño Jesus de marfil. Está adornada esta capilla con escelentes pinturas: junto á ellas dos cornucopias doradas: tiene balaustres que la cierran.

Al salir de este cláustro, en un tránsito, se encuentra la magnífica capilla de Santiago el Mayor, que está representado en un cuadro de Bartolomé Roman: las molduras y labor son muy sublimes. Adornan esta capilla pinturas de autores célebres. Visitábanla los reyes en la festividad del santo.

En el centro del monasterio se hallaba la capilla de los Angeles, que en la alegría y proporcion escede á todas: es una pieza grandiosa con dos ventanas rasgadas que caian á un jardin. Tenia su bóbeda bien labrada, y á los ángulos cuatro serafines. En el retablo, en la parte superior, se veia la Santísima Trinidad, y por su órden nueve coros de angeles; cada gerarquía se señalaba con la divisa correspondiente. La variedad la hacia vistosísima: carga ba sobre dos gradillas, llenando las paredes de la capilla, entre otros, siete cuadros grandes de los siete ángeles primados; conocíase cada uno por la propiedad ó señal que le atribuye la Escritura. Los marcos eran tan escelentes como las pinturas. Otras habia tambien muy buenas, que eran pensamientos preciosos que mandó ejecutar la venerable María Ana de San José. Por la parte esterior habia un ángel esparciendo flores sobre las cabezas de varias religiosas Recoletas: el pavimento lo formaban vistosos azulejos, y las paredes estaban guarnecidas con alto chapado de diversidad de colores.

Existe aún otra capilla algo mas pequeña, dedicada al misterio de la Purísima Concepcion, con una estátua de Nuestra Señora, que muy bella, de buena proporcion en su altar, la hizo D. Gregorio Hernandez y la regaló la condesa de Nieve: la puerta es de entrepaños de nogal y la forma un arco de vidrieras, y el suelo de azulejos.

La última capilla está consagrada á San José, y es muy sublime por su adorno.

Antecoro.

En el segundo lienzo del cláustro bajo hay una puerta grande por donde se da ingreso al antecoro, el cual es

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