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goñas, ni la Bretaña, Bigorre, Normandía, la Provenza, Aviñon y su distrito, como tampoco Bearne y Fox, y que el reconocimiento que los señores de estos Estados le hacian, fuera de darle el primer asiento cuando concurria á ellos, era muy libre y limitado. Mientras que al soberano de Castilla, los demás reyes que habia en España le cedian sin controversia y en todas ocasiones el primer lugar, y su reino era mas dilatado que el resto de la Francia obediente á Luis XI, como consta en los diversos mapas.

Dia 8.

Mostróse siempre agradecido D. Enrique II á la ciudad de Burgos, por el acogimiento, socorro y fidelidad con que le sirvió en las guerras contra su hermano D. Pedro. Por esta razon, luego que puso sobre sus sienes la corona de Castilla, la llenó de favores, mercedes y privilegios. Una de estas gracias, y desde luego de las mas considerables, fué haberla hecho donacion absoluta, íntegra é irrevocable de la villa de Miranda de Ebro, que hasta entonces habia sido de la corona real,, desde que el emperador D. Alonso la pobló y aforó. Concedióla con todos sus términos, aldeas, pastos, derechos y cuanto la pertenecia, con el señorío y jurisdiccion civil y criminal; solo esceptuó y se reservó para sí y sus sucesores en la corona de Castilla y Leon, todo lo que era propio é inenajenable de ella y de la mayoría de los reyes, que, segun se espresaba en este documento, consistia en las minas de oro, plata y cualquier otro metal ó mineral precioso descubierto ó que se descubriese en su término; en los servicios, monedas, alcabalas, tercias, moneda forera; en la correccion de las justicias negligentes; en dar acogida á él y sus herederos dentro de la villa, tanto en tiempo de guerra como de paz; en obedecer sus órdenes; en no admitir otra moneda que la suya y la de sus sucesores; y últimamente, en llevar las apelaciones de los alcaldes de Miranda á los de Búrgos, y las de estos al rey y su consejo ó audiencia.

Para que tuviese mayor fuerza y observancia esta donacion, se solemnizó y autorizó en las Córtes que el mencionado rey D. Enrique celebró en la ciudad de Toro el año 1371, sellándose en este dia 8 de setiembre. Las

cláusulas en ella contenidas demostraban bien la atencion que los procuradores y demás concurrentes á aquellas Córtes pusieron para que de ningun modo se hiciese perjuicio á regalías por esta donacion; y por la misma razon se hallaban á la espalda del pergamino en que se escribieron los nombres y rúbricas de tres letrados de los que componían el consejo y audiencia del rey, que eran: Rui Perez, Juan Martinez y Pedro Fernandez.

Puede desde luego esta escritura servir para fijar las reglas de cancelaría que en semejantes diplomas debian observarse en aquella edad; pues hemos visto pocas que la igualen en la solemnidad y salvedades á favor de la corona, para que no pudiera reclamarse en tiempo alguno de viciosa ó subrepticia.

Invencion de la imágen de Nuestra Señora del

Buen Suceso.

En este dia del año 1606 fué hallada la sagrada efigie de Nuestra Señora del Buen Suceso, cuyos pormenores vamos á referir brevemente.

Muerto el venerable Bernardino de Obregon, quedó huérfano su caritativo instituto, y espuesto á la contradiccion y continuas persecuciones, por lo que determinaron sus afligidos hijos los hermanos hospitalarios enviar á Roma dos individuos de esta congregacion, elegidos por su virtud y piedad, para impetrar la proteccion de la silla apostólica. Al efecto fueron comisionados los respetables siervos Gabriel de Fontaner y Guillermo Martinez Ríjola, los que salieron de Madrid en peregrinacion, dirigiéndose á Valencia, demandando la caridad pública en su viaje. En aquel año se habia desarrollado en España una epidemia general, causada por la escasez de alimentos, de modo que los dos caminantes sufrian el hambre y todas las consecuencias de la penuria. Así llegaron á las montañas que dividian el reino de Valencia del condado de Cataluña, en donde fueron sorprendidos por una terrible tempesta, que los estravió, entre riscos, peñas quebradas y precipicios espantosos, envueltos en oscuridad, lluvia y relámpagos, á lo que seguian terribles detonaciones, acompañadas de un vendabal tan furioso, que mecia los mas robustos robles como si fueran débiles juncos. En tan grande conflicto, nuestros obregones tomaron asilo en la concavidad de una roca, dispuestos á

morir; empero tomaron tanto amor á aquella especie de gruta que les habia servido de refugio, que antes de abandonarla la quisieron reconocer agradecidos; penetraron en su interior, y vieron que habia allí como una capilla con columnas y pilastras, toda a lornada de molduras y calados hechos en la piedra con arte y primor, terminando en una cornisa ovalada con su cúpula, por lo que juzgaron que serian vestigios de algun templo antiguo. Principiaron á examinar despacio aquellos restos tan admirables, y observaron que en una ornacina se notaba resplandor como de luz artificial, y cada vez mas maravillados, treparon, no sin trabajo, por aquel nicho, y se introdujeron por unas roturas que hacia la mampostería, y algo mas interior encontraron otra capillita, y en ella colocada una figura pequeña como de media vara, descubriendo ser un simulacro de la Vírgen con el niño Jesus sostenido con el brazo izquierdo, y un cetro en la mano derecha, con su corona imperial en la cabeza, su rostro grave, hermoso, simpático y halagüeño: las manos y el niño eran proporcionados á su altura, sin poder definir si estaba labrada en piedra, madera ó algun metal, por ser todo desconocido. Maravillados los dos obregones de aquel casual prodigio, se postraron con el rostro en tierra adorando á la sagrada efigie, la que despues tomaron con reverencia, cubriéndola con unos lienzos que llevaban, entretegiéndole además una cajita de mimbres, en la que depositaron tan venturoso hallazgo.

Volvieron á emprender su viaje á Roma para solicitar la cruz morada, y al acercarse el hermano Fontaner á besar el pie á Su Santidad, reparó el pontífice en el bulto que llevaba debajo de su manteo, y entonces le refirieron aquellos piadosos varones lo que les habia ocurrido, presentándole la imágen, la que tomó Su Beatitud; y en sus manos, y despues de adorarla, le colgó el pectoral de oro que llevaba sobre el pecho, dándole el mismo Paulo V el título de Nuestra Señora del Buen Suceso. Se despidieron del papa, regresando á España llenos de gozo, sin haber podido encontrar el sitio donde descubrieron la veneranda efigie, á pesar del escrupuloso reconocimiento que practicaron en las montañas de Jana y Triguera, en el obispado de Tortosa.

Los dos obregones la colocaron en Madrid en una de las salas del Hospital General, donde permaneció hasta que

el hermano Fontaner pasó al real hospital de San Andrés (1) en clase de jefe, en donde la depositó en la enfermería de este establecimiento.

Colocacion de Nuestra Señora del Buen-Suceso en la iglesia del hospital de este nombre.

Reinando Felipe III, y siendo administrador de este real asilo D. Pedro Fernandez Navarrete, en 6 de julio de 1611, mandó colocar la imágen de Nuestra Señora en el altar mayor de la iglesia, con permiso del monarca, atendiendo á la gran devocion que el pueblo de Madrid le tenia: labrósele un retablo y trono que importó más de 50,000 ducados, en el que fué puesta con gran solemnidad en 19 de setiembre de 1641.

Este templo tenia una arquitectura regular, aunque sin notable ornato la portada se componia de dos columnas dóricas, arrimadas con su cornisamento, y encima un nicho donde habia una imágen de Nuestra Señora. Las estátuas de los Evangelistas que en lo antiguo habia en el altar mayor, eran de mérito, como tambien las pinturas que allí se conservaban, que algunas eran de Pedro Valpuesta (2). Las del patio de esta casa las inventó D. Antonio Palomino, y fueron hechas de claro y oscuro, у ha

(1) Hay noticia de que este hospital le fundaron los Reyes Católicos, si bien D. José Antonio Alvarez y Baena dice que existia ya por los años de 1438, en el reinado de Enrique IV. Empero el maestro Gil Gonzalez escribe que su orígen le tiene en aquellos soberanos antes de emprender la conquista de Granada. Lo que dió motivo á la fundacion espresada, parece fué la cruel epidemia que se padecia en Madrid en aquel año, habilitando un bumilladero é capilla del apóstol San Andrés, que habia fuera del antiguo Arco del Sol. Despues el emperador Cárlos I, estableció en él el hospital de la córte, en 1529, para la asistencia de los soldados que quedasen enfermos de resultas de la guerra, é igualmente para los criados de su real que siguiesen la córte, cuando esta estuviese en Madrid, por lo que le mandó edificar de nuevo.

(2) Pedro Valpuesta fué sacerdote, natural del Burgo de Osma, discípulo de Eugenio Caxés, á quien imitó mucho. Murió en Madrid en 1668.

cian alusion á la historia del emperador Cárlos I y á su esposa la emperatriz doña Isabel, á Cárlos II y á la reina doña Mariana de Neoburg (1).

Colocacion de la imágen de Nuestra Señora del Puerto en su ermita extramuros de esta villa.

Tambien en este dia del año 1718 se colocó en su santuario la imágen de Nuestra Señora del Puerto, cuya fundacion es la siguiente: Primeramente tratarémos del puente de Segovia (cerca de la ermita), la cual está sobre las escasas corrientes del pacífico Manzanares (2), construida en el reinado de Felipe II, con diseños y bajo la direccion del célebre Juan de Herrera, y á la verdad tiene el carácter sério y grandioso de todas sus obras. Consta de nueve arcos con las manguardias correspondientes, y un dique alto para igualar el piso en la considerable distancia que habia desde la puerta de la Vega al rio, todo construido de grandes sillares de piedra berroqueña. Cuando se hizo, tenian sus pilares grande altura

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(1) Cuando la invasion francesa, sufrió mucho esta casa, pues en su patio fueron fusilados varios españoles que tomaron asilo en el dia 2 de mayo de 1808. De modo que, babiendo quedado desmantelado el templo, tuvo el rey D. Fernando VII que mandar habilitarlo, concluyéndolo de adornar en los últimos años de su reinado, continuando la obra de algunos altares S. M. la Reina doña María Cristina, cuando fué regenta y gobernadora. Y hoy, con motivo de las obras de la Puerta del Sol, ha sido derribado este templo, y la imágen la ha mandado llevar S. M. la Reina á la real capilla de Palacio, donde está depositada, hasta que se construya de nuevo su templo. Esta real casa tiene el privilegio de usar cruz en los actos públicos, y aún se conserva, asistiendo en la procesion del Corpus en lugar preeminente, al lado de la cruz parroquial de Santa María. Su jurisdiccion pertenece al escelentísimo señor patriarca de las Indias: tiene pila bautismal, y sus administradores son siempre capellanes de honor, y entre ellos figuró el célebre director de la Academia de la lengua, D. José Duasa.

(2) La posicion que ocupa Madrid es sobre la orilla izquierda del Manzanares, cuyas aguas son muy delgadas y saludables, á la par que utilísimas al numeroso vecinda

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