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merece su gran fidelidad y amor, no habemos querido dejar de encargaros de nuevo el cumplimiento de ello, encargándoos tengais cuidado que los médicos y cirujanos señalados lo mismo asistan á los pobres que á los ricos, y que en esa ciudad haya la provision que conviene para sustento y demás necesario; que á más de ser esto tan propio del oficio que obteneis y beneficio público, lo recibirémos en acepto servicio.>>>

En este dia del año 1559 llegó á Laredo el rey Felipe II, que venia desde Flandes, donde dejó por gobernadora de aquellos Estados á su hermana doña Margarita, duquesa de Parma: el rey venia desde Zelandia para desposarse con la princesa doña Isabel de la Paz, hija de Enrique de Francia.

Tambien en este dia del año 1247 se halló el rey San Fernando con sus tropas frente á la ciudad de Sevilla, donde tenia sitiados á los moros.

Dia 31.

Algunas veces ya hemos dicho que el fuero real fué ad,mitido en varios pueblos de Castilla, y que la oposicion de sus leyes á la constitucion del Estado producia no pocas dificultades para ponerlas en práctica. Hemos dado una ú otra prueba de esta proposicion en la misma capital de Castilla, á las cuales añadimos hoy la que nos da Valladolid, pueblo sin duda inmediato en grandeza á Búrgos. El fuero real le fué dado en el año 1255; pero ya en el de 1258 se vieron confusos los jueces municipales en la administracion de justicia arreglada á aquel código, principalmente habiéndose suscitado varias competencias sobre jurisdiccion y facultades entre los alcaldes y el merino de la ciudad. Presentáronse las dudas á D. Alonso el Sábio en ocasion en que se hallaba en Segovia, donde por una cédula que espidió en este dia 31 de agosto de dicho año, declaraba las facultades que competian á los alcaldes ó jueces del fuero y las del merino; describia circunstanciadamente el método judicial que debian seguir aquellos; las causas de que podian ó no conocer; las horas en que habian de asistir al tribunal, segun las estaciones del año; y en fin, cuanto podia desearse en este asunto. Era muy particular lo que les decia, tocante á no admitir en juicio alegacion de ley alguna para poder sentenciar. Véanse aquí sus cláusulas literales:

«Otro sí, si alguno aduxiere libro de otras leyes para »razonar por él, débenle romper ó facer que le rompa »ante ellos, é que peche 500 mrs. al rey, ca como quier »que nos plega, é queramos que los de nuestro sennorio »aprendan las leyes que usan en las otras tierras é todas »las mas, porque sean mas entendidos é mas sabidores; >>non tenemos por bien que razonen en los pleitos nin se »judguen por ellas, si non fueren tales que concuerden >>con estas. Et si los alcaldes, ante quien aduxieren el »libro, non lo quisieren romper luego ante sí, mandamos >>que haya la misma pena de aquel que lo aduxo. Et si »judgaren por él, hayan aquella pena et non vala senten»cia. Et si acaesciere tal pleito que por el fuero non se pue»da librar, debenlo enviar al rey aquellos ante no acaes»cio, et sobre que, todas las razones como fueron temi »das, non lo pudieron librar. Et la carta que fizieren des>>to para enviar al rey, debe ser fecha ante amas las par»tes de manera que la oyan é entiendan, si fueren escrip>>tas todas las razones como fueron tenudas. Et si el rey >>>fallare que la dubda ó la mengua fuere tal, porque debe »facer ley sobre ella, aquella ley que fuere fecha, que sea >>puesta en el fuero do le conviniere.»>

Real iglesia de San Isidro y de Santa Maria de la Cabeza, en esta corte.

Con motivo de celebrarse en este dia la dedicacion de esta real iglesia, vamos rápidamente á tratar de ella, omitiendo curiosos pormenores en gracia de la brevedad.

Hay una historia manuscrita que refiere la fundacion del Colegio Imperial de Madrid (á quien pertenecia la mencionada iglesia), cuyas páginas se deben á la aventajada pluma del padre Juan de Mosquera, de la Compañía de Jesus. Dice que la fundacion de este colegio la solicitaron los padres Pedro Fabro, natural de Saboya y confesor de la serenísima princesa doña María, una de las esposas del rey D. Felipe II; y Antonio de Araos, natural de Vergara, en la provincia de Guipúzcoa, predicador del espresado rey, y ambos compañeros del gran San Ignacio de Loyola.

Dieron principio á este edificio en 11 de mayo de 1560 el padre Duarte Pereira, que fué su primer rector, y otros cuatro varonos, maestros de vida espiritual. Tuvo la

Compañía de Jesus este colegio, que en sus principios no dejaron de presentársele contradicciones, pues algunos, no sabemos con qué datos, dicen que estaba elegido para monasterio de las religiosas Franciscas Descalzas Reales y que aquellas no le quisieron, optando mejor por el que ahora tienen. Lo que sí habia de cierto, segun hemos oido, es, que de las temporalidades se les pagaba un censo, con el que estas señoras costeaban la solemne octava de Corpus, de dia y de noche: el motivo no lo sabemos.

La planta del espresado edificio se llevó adelante con las limosnas que dió el rey Felipe II y la princesa doña Juana de Austria, ayudando asimismo con sus dádivas la señora doña Leonor Mascareñas, aya del príncipe D. Cárlos, é igualmente el condestable de Castilla D. Iñigo Fernandez de Velasco, D. Cristóbal Mora y D. Alonso de Mendoza, conde de la Gomera, y otros muchos de quien hace mencion la historia de este colegio. Acabóse la fábrica de la iglesia á principios del año 1567, bendiciéndola don Fray Juan de Muñatones, del órden de San Agustin, obispo de Segorbe, y se dedicó á los príncipes de los apóstoles San Pedro y San Pablo.

Se colocó el Santísimo Sacramento, celebrándose la primera misa en 25 de enero, con asistencia del rey don Felipe II, de la reina doña Isabel de la Paz, del príncipe D. Cárlos, de doña Juana de Austria y de los grandes de la córte.

Llegó á Madrid el famoso P. Juan Ramirez, natural de nuestra villa, predicador insigne y uno de los mas selectos misioneros que tuvo la Compañía de Jesus, el cual dió gran nombre al Colegio Imperial. Por los años de 1569, informada la Majestad Católica de Felipe II por D. Gomez Figueroa, duque de Feria, de la grande utilidad que resultaria en favor de la juventud el que la Compañía de Jesus se encargase de enseñar las ciencias y facultades en su colegio, les mandó pusiesen estudios de latinidad, franqueando las cátedras á cuantos en ellas quisiesen matricularse. El rey lo mandó así, y los Padres de la Compañía acataron su real decreto, y fueron los primeros preceptores los PP. Juan de Acevedo, eminente en humanidad, y Juan Ruiz, aventajado en lenguas orientales y en otras ciencias exactas.

Los primeros alumnos fueron el primogénito del almirante de Castilla, los tres hijos de Ruy Gomez de Silva y

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otro del conde de Lemos. Así continuó el Colegio Imperial prestando servicios notables á la córte con la enseñanza gratuita, contribuyendo á la civilizacion de las clases menos acomodadas, haciéndolas, con la adquisicion de las ciencias, menos desgraciadas.

En el año de 1603 murió la emperatriz doña María, dejando por heredero de todos sus bienes al Colegio Imperial, por los servicios importantes que la Compañía de Jesus habia prestado en Alemania (1). Y el Colegio Im perial, en gratitud á S. A.., le dedicó el patronato (2).

La primitiva iglesia de este Colegio tenia su puerta principal á una calle que subia al convento de la Merced Calzada, que despues le dieron otro nombre derivado de un azulejo (3). El templo era muy reducido; pero por los años de 1625 dieron principio al que hoy se conserva, el cual se concluyó en 1651, consagrándole en 23 de setiembre del mismo año el nuncio de Su Santidad monseñor Rospillo, arzobispo de Tarso, y se colocó el Santísimo Sacramento con gran solemnidad y aparato de funciones.

Se dedicó á San Francisco Xavier, levantándose la obra por los diseños del maestro Francisco Bautista, coadjutor de la misma Compañía. La fachada principal que ahora tiene, sin embargo de los defectos y caprichos que se notan en ella, es de órden compuesto figurado y la mas grandiosa de cuantas hay en Madrid. Consta de tres puertas entre cuatro medias columnas con pedestales y dos pilastras en cada estremo.

Sobre las columnas corre la cornisa y encima una balaustrada; y sobre el cuerpo de las pilastras se alzan dos torres que todavía están sin rematar (4). Entre las

(1) Los descendientes de la emperatriz intentaron muchos años despues entablar demanda acerca de la legi➡ timidad de la herencia.

Por lo que se denominó Colegio Imperial.

(3) Existió allí un corral perteneciente al monasterio de la Concepcion Gerónima, y encima de la puerta, en un azulejo, habia pintado un burro, y esto fué lo que dió orí→ gen al nombre que hasta hace poco ha tenido la calle.

(4) Los Jesuitas trataron de concluirlas; pero se opusieron los arquitectos del ayuntamiento.

columnas y pilastras hay ventanas y sobre la puerta de enmedio un nicho nada proporcionado á las estátuas de los santos que se ven en él (1).

En el vestíbulo tiene tres puertas que dan ingreso al templo, adornadas con frontones supérfluos, y el templo, aunque se adornó con el mismo órden compuesto que la fachada, es por su tamaño y buena proporcion el mas majestuoso de Madrid. Su cúpula es bellísima; sin embargo, le afea la multitud de tallas doradas que le clavaron en tiempo de los Padres de la Compañía.

El mismo hermano Francisco Bautista, de quien hace mencion honorífica Fr. Lorenzo de San Nicolás en su li

bro titulado Arte y uso de la arquitectura, diciendo que este arquitecto inventó la construccion de los cimborios armados de madera, y que el de esta iglesia fué el primero que hizo; es lástima que no les haya dado luces á las capillas que hay á un lado y otro de la nave, y no tendria esta obra el defecto que no se remediará tan fácilmente (2).

Desocupado el Colegio Imperial cuando el estrañamiento de los Padres de la Compañía de Jesus (3), trató

(1) La estátua de San Isidro que se ha puesto en él, es la misma que estaba en lo antiguo encima de la puerta de la capilla de San Isidro en la parroquia de San Andrés, obra de D. Manuel Pereira. La de Santa Marfa de la Cabeza se colocó despues.

(2) D. Ventura Rodriguez casi se comprometió á darles luz, si se hubiese llevado adelante la obra que se proyectó en el reinado de Cárlos III. El hermano Ibañez, de la Compañía, tan célebre en nuestros dias por sus obras, tambien trató de ello; pero no tuvo tiempo para verificar su proyecto.

(3) Los Padres de la Compañía sufrieron una grande oposicion desde el momento en que entraron en el Colegio Imperial. Esta se les hizo por escrito, en ausencia y en el púlpito. Su política fué grande, pues de varios apuntes que se conservaban en su archivo, resultan órdenes reservadas del rector del Imperial á los oradores, para que se abstuviesen de hablar de las máscaras en los sermones de carnestolendas, toda vez que el Gobierno las toleraba, mientras que los demás predicadores de la córte

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