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Descripcion de la iglesia y pórticos.

En el sitio que hemos dicho se señaló esta gran fábrica, se colocó la iglesia en el sitio preferente, dejando el monasterio á la parte del Mediodía, gozando de un cielo despejado y aire puro: vista dilatada á paises amenísimos.

Entrase á la iglesia de este real convento por dos gradas á un átrio cuadrado de buena proporcion que le guarda unas verjas de hierro levantadas, que rematan en puntas; las hacen fuertes unos pedestales y bolas de piedra de la misma altura, desde la plaza espaciosa que tiene delante que autoriza el edificio.

Adornan el átrio tres lados: la fachada principal del templo, á su mano derecha; en medio hay una portada de piedra bien labrada, por donde se entra á la portería y tor no; en el lado de enfrente hay otra de la misma labor y grandeza, por donde tenia entrada el cuarto del confesor: la portería es toda en el primer cuerpo, por donde se entra á un pórtico; le forman tres arcos fuertes que sustentan toda la fachada. Sobre el arco hay otro adornado de arquitectura, que le cubre un frontispicio de forma redonda; ocupa su campo la historia del gran Misterio de la Encarnacion, de más de medio relieve de mármol blanco de Génova: es cesa perfectísima. Sus dos lados acompañan dos ventanas con rejas embebidas en la piedra; dan luz á una tribuna á donde concurrian SS. MM., sobre el pórtico, con vista adentro á la iglesia, de la que se hablará mas adelante. En el tercer cuerpo tiene una ventana en medio que da luz á otra tribuna, sobre la historia del mármol que da nombre á la iglesia; y á sus lados hay dos escudos grandes de las armas de la reina, de medio relieve, del mismo mármol blanco; tiene al lado derecho las del rey; la del otro, las de la casa de Austria: cerca estos escudos el collar de la insigne órden del Toison, y se cubren con la corona real,

Remata toda esta fábrica un frontispicio grande, que tiene por remate una cruz y pedestales y bolas de cantería

Por los tres arcos se entra al pórtico: es todo de cantería; en él hay tres puertas: la principal de enmedio, que da entrada ordinaria á la iglesia, y á los lados otras mas pequeñas, , que se abren en ocasiones de grandes solemnidades.

La iglesia tiene bastante grandeza y de escelente proporcion; su adorno antiguo era de órden dórico, y en el cornisamento guardó el artífice sus partes, que con certeza no se sabe su nombre, pero se atribuye á un religioso Trinitario Descalzo, aunque otros opinan que fué Juan Gomez de Mora, que era arquitecto de cámara de Felipe III; al menos, trazó los diseños.

En sus espacios, á la parte de Mediodia, á que está el convento, tiene ventanas que le dan bastante luz. La iglesia consta de crucero, capilla mayor y cuerpo, que la cubren bóvedas, arcos y formas, con todos los mas bellos adornos de la arquitectura.

En medio de la capilla mayor, sobre los cuatro arcos torales, se levanta una cúpula al estilo romano, grande, con ocho ventanas, por donde recibe la mayor parte de la luz el templo; estaban antes cerradas con piedras trasparentes en lugar de vidieras, y en su adorno se guardaron todas las perfecciones del arte, que la hacen muy vistosa; ciérrase con una media naranja o linterna, de cuyo medio pendia una lámpara de plata de gran valor.

Está solada la iglesia de mármol blanco y pardo, y desde su pavimento se sube al presbiterio por cinco gradas del mismo mármol pardo; está solado del mismo material que la iglesia. A los lados del altar mayor, al del Evangelio, en el mismo presbiterio, está la reja del coro de las religiosas: ocupa todo el arco; está con todas las circunstancias que piden los estatutos de la Recoleccion: es dorada. Enfrente, al lado de la Epístola, hay otra fingida para guardar uniformidad (aunque hoy sin reja), y delante la credencia para el servicio del altar, y encima otra verja pequeña (corresponde á otra de enfrente) sin uso, y debajo una puerta que comunica con la sacristía; la reja pequeña de enfrente, encima del coro, cae á una pieza cuadrada, con bóveda dentro del convento, donde las religiosas se recogen á ejercicios, por estar apartada de todo lo demás del monasterio.

El retablo mayor es muy hermoso; tiene en medio una escelente piutura de la Anunciacion, en cuya obra sublime se adelantó á sí mismo el célebre Vicencio Carducho, florentin, varon insigne, no solo en el pincel, sino tambien en la pluma; mostró en ambas cosas cuán escelente era en su arte: la Virgen aparece peregrina y grave, y la paloma sobre la cabeza; el ángel San Gabriel está con ca

pa de coro y estola, y un ramo de azucenas en la mano; en la parte superior se ve una gloria, donde al Eterno Padre acompañan multitud de ángeles, alabándole por la

obra de la Encarnacion. A los lados de este cuadro forman el cuerpo principal cuatro columnas grandes de órden corintio, de mármoles de Tortosa; entre las columnas habia antiguamente dos ornacinas, en que estaban de bulto, mayores que el regular, San Agustin, con mitra, báculo y capa pontifical; y al otro lado Santa Mónica, su madre, rodeada de rayos de plata la cabeza. El segundo cuerpo tenia enmedio una caja grande, en que se puso de talla una imágen de Cristo crucificado á la Vírgen y á San Juan Evangelista, de poco menos que el natural. Acompañaban á esta caja un adorno de arquitectura de dos columnas del mismo órden, rematando en la bóveda de la iglesia un frontispicio cuadrado, en cuyo hueco habia una figura de medio cuerpo arriba, representando al Padre Eterno; y á los lados del Crucifijo, en otros dos nichos que correspondian á los del cuerpo principal, otras dos estátuas grandes de San Felipe y Santiago el Mayor. En los claros, en la parte superior é inferior de los nichos y otras partes del retablo, estaban pintados varios pasos de la vida de la Vírgen. En el campo de los pedestales de las columnas, los cuatro Evangelistas; y á los dos lados, santos y santas de la órden de San Agustin. Los dos lados superiores remataban en dos escudos de armas de la reina, dorados y estrofados de sus propios colores, como todo lo demás; sustentaban el retablo (como los colaterales) pedestales de mármol serpentino, y sus campos de jaspe brocatel.

El tabernáculo era de forma ochavada, adornado de nichos y columnas; en el campo del sagrario habia esculpida una figura de Jesus de medio relieve. En los nichos de los lados, San Pedro, y San Pablo. Remataba este primer cuerpo en una baranda de balaustres, con ocho pedestales que sustentaban ocho ángeles con instrumentos músicos en la mano. En medio del segundo cuerpo tenia una caja, en la que habia una imágen de la Vírgen, de bulto, y remataba en una especie de cupulilla, sobre la cual habia un niño Jesus.

Los retablos colaterales se componian de dos lienzos grandes de pintura, en arco por la parte alta, y dos columnas de órden corintio, que cargaban sobre sus pedestales reducidos en dos cartetas de talla. Coronaban este

lienzo y columnas su cornisamento, y el friso estaba enriquecido con diferentes cogollos de talla. Tenian por remate encima otro cuerpo cuadrado mas pequeño, guarnecido de pilastras y términos que tenian por capiteles serafines y ángeles de medio relieve, que sustentaban el cornisamento alto. Encima de las columnas, dos santos de bulto.

El altar del lado del Evangelio pertenecia á San Felipe, apóstol, de aspecto anciano, mayor que el natural; en los lejos su martirio, y en los claros, entre los pedestales, dos historias de cuando venció al dragon y fué flagelado. En el lienzo de arriba estaba pintada la pasion del levita San Lorenzo; y las dos figuras de los remates eran de San Estéban y de San Vicente, diáconos. El lienzo del colateral de enfrente pertenecia á Santa Margarita triunfando de la ferocidad de un espantable dragon ó culebra, con una cruz en la mano. En el lejos se veia su último tormento, y en los campos de los pedestales de abajo dos martirios que sufrió esta esclarecida vírgen antes de espirar. El cuadro del remate representaba al valeroso atleta San Sebastian, y las figuras de bulto á San Nicolás de Tolentino y á San Guillermo de Aquitania. Las pinturas de estos dos altares las ejecutó Vicencio Carducho, y son la admiracion de la córte.

Unia los tres altares una baranda de balaustres de bronce, de cuatro pies de alto, que corria por delante de las gradas, recogiendo los altares colaterales, dilatando su espacio á la peana del altar. Esta barandilla, que existe hoy todavía, fué regalada por la infanta condesa de Flandes, donde se labró.

En el crucero de la capilla mayor, al lado del Evangelio, habia un balcon grande enfrente del colateral, tomándose su entrada desde enmedio del mencionado crucero: esta era la tribuna real que tenian SS. MM. en esta iglesia. Entrábase á ella por el cláustro alto del convento, de que despues tratarémos. Estaba pintada de azul y oro, y del mismo color la celosía; la colgadura era de damasco, y la gotera de terciopelo.

Debajo de esta tribuna real estaba el coro de los músicos, tomando la parte del colateral de San Felipe: dividíale de la gente de la iglesia una reja de balaustres de gruesos y bien labrados dados de oro y azul, coronado de manzanillas de bronce de ocho pies de alto.

A la otra parte del crucero habia' otro balcón que correspondia á la tribuna de SS. MM. en la grandeza y forma: en la mitad que caia en medio del crucero, á la parte de la Epístola, estaba el órgano, cuya máquina música envió á este monasterio la Serma. infanta dona Isabel Clara Eugenia desde Flandes: ocupaba el testero y toda su bóveda: su traza era bella y su material de nogal; hermoseábanle varios adornos de talla, molduras diferentes figuras representando á las virtudes, doradas y encarnadas al natural, y parte de las molduras doradas, que le hacían hermosísimo y rico á la vista. Se tenia por que le habia pintado el célebre Ticiano, y opinaban que no habia en España otro mejor, siendo muy alabado de todos los profesores de aquella época.

A los lados, en medio del cuerpo de la iglesia, habia en cada uno su tribuna baja con balcon de hierro sin yuelo afuera, en el que sé colocaban los prelados en las solemnidades, ó señoras de la grandeza y títulos.

En los dos testeros del crucero se veian dos puertas grandes: la una fingida, para que guardase simetría con la otra, y estaba en el coro de los músicos. Al otro lado, junto al altar de Santa Margarita, debajo del órgano, estaba la otra, por donde se daba paso á la sacristía por una pieza espaciosa que tambien daba entrada por esta parte á la iglesia por una gran puerta á la calle, que iba al colegio de Doña María de Aragon. Desde esta pieza cuadrada se entraba á la sacristía de los capellanes. En ella habia una cajonería de nogal grande, donde los sacerdotes se revestian era de bóveda. En la pared que ocupaba, habia una pintura que representaba la parábola del convite que hizo un rey, en el que halló un hombre sin el trage nupcial (esta existe todavía): es de escelente vista por los vestidos y galas de los convidados y por los diferentes manjares que se ven en la mesa y aparador, como asimismo por las galas de los que sirven á ella. Sé advierte á Cristo, de estatura natural, con corona imperial en la cabeza y un precioso manto sobre el pecho, y ángeles que le traen la falda, y el acto de ejecutar la espulsion del hombre profano, que le arranca de la mesa mal trageado la labor del marco no es inferior á la pintura, que pertenece al escelente artista Bartolomé Roman.

En una segunda pieza que se seguia á esta se revestia el capellan mayor, confesor y otros personajes. En esta

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