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mármol. Por el incendio horroroso en 20 de agosto de 1672, se denominó del Infierno el callejon de entrada á la casa de Panadería, porque las llamas asemejaban á la pintura que se hace de aquel seno. Llamóse de la Panadería, porque debajo de ella se vendia el pan, y desde 1719 se apellidó el Peso Real, y allí se espendia todo género de legumbres y pescados. Enfrente estaba la carnecería, en donde se colocaron los tablados para las funciones reales de toros que se celebraron en 1631, y en el dia 7 de julio se prendió fuego por un barril de pólvora que tenia un mercader en su cueva, y se quemó el tablado y todo el edificio, desde el arco de la calle de Toledo hasta el de Boteros. Por eso se prohibieron en los soportales ni en sus inmediaciones oficios que usasen lumbre, ni imágenes con cera y aceite.

Hoy estan renovados todos los edificios, guardando mucha igualdad, con diferentes arcos que dan salida á varias calles, y en medio, entre verjas de hierro, sobre un pedestal, la estátua de Felipe III, que estaba en la Real Casa de Campo delante del palacio, hecha de bronce, á caballo, presentada á España por el gran duque de Toscana, Cos.. me I de Médicis, en 1616: la empezó á construir Juan Bologna, escultor y arquitecto, vecino de Florencia y natural de Dovay en Flandes; pero habiendo muerto, la con. cluyó su discípulo Pedro Taca. Pesa toda la máquina 12,518 libras, y las cartelas del pedestal 1,130.

La Plaza Mayor tiene hoy asientos y escelente iluminacion con magníficas farolas, cuyas mejoras se han introducido en el actual reinado.

Dia 18.

Los privilegios y cartas reales espedidas por el rey D. Alonso el Sábio en Vitoria, año de 1256, no dejan duda á la larga mansion que en esta ciudad hizo, debiéndole el aumento de población al Oriente de la caida de la antigua villa de Suso, en que habia, y acaso todavía, tres caIles cerradas con sus puertas al Mediodia y Norte. Entonces fundó tambien la iglesia de San Ildefonso, con la idea de que sirviese de parroquia á este barrio, cuyo patronato se reservó como fundador. Todo esto consta de cédulas suyas de los años 1257 y 1263, que se insertan en testimonio acordado del de 1497, conservado en el archivo de di

cha ciudad; el cual, si hubiera visto, como pudo, Echavarri, natural de ella, no habria consignado en la vida de San Prudencio de Armentía, pág. 198, que esta poblacion é iglesia era fundacion de D. Alonso el XI, y suyas tambien las armas y estátua que se veian (y no sabemos hoy) en la capilla mayor al lado de la Epístola, señalando por esta época de todo el año de 1332, en que vino á Vitoria para entregarse de Alava. Pero no solo dejó á los vitorianos aquel gran rey la memoria de estos favores, sino tambien la de otro muy singular, pues halló modo con que establecer perpétuamente la paz y buena correspondencia entre ellos y los caballeros de la cofradía de Alava.

El rey oyó atentamente las pretensiones de unos y otros sobre pastos, heredamientos y jurisdiccion de aldeas, y otros puntos acerca de los cuales mantenian contínuas disputas y rencores desde que fué fundada Vitoria en el año de 1181. Visto y examinado cada uno de estos particulares, el mencionado D. Alonso, como señor de Vitoria, espidió su carta de convencion en Segovia, en este dia 18 de agosto de 1258, comprendiéndose en un pergamino grande, que original se conserva en su archivo. Nómbranse en ella los diez y siete caballeros alaveses que acordaron las condiciones con el rey, en esta forma de privilegio rodado, y desde luego pocos se presentarán de tan hermosos caractéres y escritos con tanto gusto y delicadeza. Dentro de la rueda estaban las palabras: Signo del rey D. Alfonso; y no habia leones ni castillos, sino cuatro corazones, perfectamente formados, con puntas hacia dentro, dos dé los cuales eran verdes y otros dos azules.

En el círculo, alrededor del letrero, estaban veinte escuditos, alternando en ellos leones y castillos. En el segundo círculo se decia estar vacante la mayordomía y ser alférez el infante D. Manuel. Toda esta rueda estaba metida en un cuadro delicadamente iluminado de ramos de varios colores, y á cada punta un escudo, alternados el leon y castillo.

Al principio se hallaba el Crismon Griego, escelentemente pintado, y entre las columnas de los confirmadores cruzaban de arriba á bajo esquisitas labores de pluma de varias ideas y colores. Sin duda que en esta carta real tendrían todas sus delicias los aficionados á la diplomática española, y los vitorianos lograrian el mas precioso testimonio que hasta ahora no han publicado.

Dia 19.

Todos los historiadores convienen en que el rey don Alonso el XI nació el dia 13 de agosto, en que se celebraba la fiesta de San Hipólito, del año 1308, habiendo innumerables documentos que lo comprueban; pero lo que refiere su crónica de haber salido de la tutela y tomado sobre sí el gobierno, luego que en semejante dia cumplió los 14 años, esto es, el dia 13 de agosto de 1322, parece que no se halla tan asegurado, si consultamos algunos diplomas de este monarca y otros testimonios de aquella época. El cuaderno de las peticiones presentadas en las Córtes de Valladolid de 1325, supone indudablemente que se tuvieron con el fin de entregar al rey el gobierno de su monarquía, á causa de que en el dia de San Hipólito salia de la menor edad. Hemos practicado las mas vivas diligencias para encontrar las actas de todas las Córtes celebradas en este reinado, y desde las del año 1318, tenidas en Medina del Campo, no hallamos otras hasta las referidas de Valladolid de 1325, lo cual nos persuade que hay equivocacion en la crónica, pues forzosamente, para tomar este rey el gobierno y despedir á los tutores, habia de preceder la celebracion de alguno de estos congresos. Hemos visto igualmente varias cartas reales espedidas en el año de 1325, que todas suponen acabarse de hacer esta entrega al rey; y porque seria dilatado producirlas todas, bastará, para fijar mejor el año en que salió de la menor edad D. Alonso el XI, hacer memoria de un privilegio concedido á Búrgos, estando en dicha ciudad, á 3 de julio de 1325, el cual confirmó despues en Madrid en este dia 19 de agosto de 1333. Dicho privilegio, que original se conserva en el archivo de aquella ciudad, comprende va~ rias gracias que la hizo aquel monarca, cuyos favores dice que dispensa á Búrgos en atencion á los muchos servicios que habia hecho a su padre D. Fernando, á los que habia el mismo recibido en tiempo de su crianza, y despues que pasó el dia de San Hipólito, en que salió de Valladolid vino la primera vez à aquella ciudad. Estas últimas espresiones indican que el dia de San Hipólito, en que salió de Valladolid y fué á Búrgos por primera vez, eran todos acaecimientos sucedidos dentro del año, por lo que hemos llegado á suspechar que este rey salió

de tutela en 13 de agosto de 1324, y que celebró Córtes inmediatamente en Valladolid, y por eso las peticiones del reino se respondieron en 12 de diciembre de 1325. Este hecho se adelanta en la crónica dos años, conforme á este supuesto, y no es estraño, porque así mismo sucede con otros, como la entrega de Alava, que se dice en ella haberse hecho en 1330, cuando por documento original consta que fué en 1332. Ni ha de hacernos eco que, saliendo el rey de su menor edad en 1322, seria de 16 años. y no de 14, porque aquellos y no estos son los que prescriben las leyes primitivas de Castilla, y en algunos ejemplares antiguos del fuero real así se halla prevenido. En fin, este es un punto que necesita mayor especulacion, y esperamos verlo ilustrado en los apéndices á la nueva edicion que se ha hecho de esta crónica.

Dia 20.

Luego que hubo adquirido la corona de Castilla don D. Enrique II, y apaciguado las facciones que habia producido el partido de su hermano D. Pedro, no cesó jamás de tratar con los reinos lo que convenia para el bien de su república. Fueron casi contínuas las Córtes que celebró durante su reinado, y entre ellas son de particular atencion las tenidas en Búrgos año de 1373, y cuyo cuaderno de peticiones, respondidas en este dia 20 de agosto, muestra al mismo tiempo los escesos que se habian introducido con motivo de las últimas turbaciones, y la prudencia con que el rey procuraba cortarlos. Estas peticiones son veinte, y de ellas consta, entre otras cosas, que las primeras Córtes que celebró este monarca fueron las de Búrgos de 1367, segun probamos en otra parte. Es notable la disposicion dada en la segunda de ellas para que los concejos y justicias arreglasen en cada pueblo de sus respectivas jurisdicciones el precio que habia de agarse diariamente á los jornaleros con respecto al que tuviese comestibles. La quinta y sesta comprueban que todavía no se arrendaban las rentas reales bajo ciertos y determinados pactos, sino que estos y determinados contratos se hacian de varios modos con el rey, de que provenian no pocos inconvenientes que reclamaba el reino.

Las revoluciones de estado en tiempo que el rey don Pedro tuvo el cetro en su mano, habian enervado de al

gun modo la observancia de las leyes contenidas en el precioso ordenamiento de Alcalá: por esta causa se suplicaron algunas de estas peticiones, y que el rey volviese á darlas nueva fuerza y vigor, y en efecto, así lo manda · ba. Es singular tambien el modo con que los procuradores de córtes reclamaron la inmoderada exencion del voto de Santiago, recordando al monarca que los lugares de Castilla y Estremadura lo pagaban á San Millan de la Cogulla, y que el de Santiago solo debia exigirse por costumbre, y moderadamente, en el reino de Leon. Hácese tambien memoria del pleito que sobre esto mismo seguia la ciudad de Avila con el arzobispo de Compostela ante los oidores de la audiencia real; y el rey ordenó que cuanto antes se diese sentencia en esta causa.

Por la última peticion consta que cada maravedí valia un real ó tres cruzados, y no diez como en el tiempo anterior. Las demás peticiones comprendian ciertos escesos causados por el poderío de los ricos-hombres y otras personas de primerà graduacion en el reino, y sobre ellos dictó el monarca providencias suaves y justas para que, sin esquivar los poderosos, se lograse su correccion.

Dia 21.

El condestable D. Alvaro de Luna.

Parece increible que, habiendo sido tan ruidosa y notable la desgraciada muerte del condestable don Alvaro de Luna, y escritose de propósito su vida por autor coetáneo, ni este, ni la crónica de D. Juan II, ni tantos como han hablado de sus acciones, hayan dicho en qué dia se ejecutó su muerte, la sentencia por la cual fué degollado en la Plaza Mayor de Valladolid. La inscripcion de su sepulcro, erigido en la capilla que habia fundado en Toledo, donde su buen criado Gonzalo Chacon procuró trasladar sus huesos desde la iglesia de San Francisco de Valladolid, suponia que murió en 17 de julio de 1453, segun lo traslada Pellicer en el informe de la casa de Sarmiento. Esta inscripcion parece que no existe; pues en la que vió D. Antonio Pons, y copia en la carta segunda del tomo I de su Viaje, no señala tales circunstancias. El Sr. D. Miguel de Flores, que hizo nueva edicion en 1784 de la crónica del condestable, en uno de sus preciosos apéndices, prueba que aun aquella fecha esta

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