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vamos á poner aquí las octavas con que elogia esta fiesta Dice, pues, en el canto 25, refiriendo la jornada del monarca prisionero:

venido

De allí llego á Valencia, y recibido
Fué de la ciudad insigne y clara;
Cien mil ojos á un tiempo, el rey
Traia siempre colgando de su cara:
Pero recibimiento nunca oido

Fué el que al rey se ordenó en Guadalajara
Por el duque don Diego y su compaña,
Duque del Infantado en nuestra España.

Se apeó el rey, y entró en la real morada
Del duque, que por algo estar doliente
Con la otra su compaña señalada
No habia salido á él personalmente:
Con gran cortesía el rey, muy cosa usada
Suya, trató á un señor tan escelente,

Y el duque aunque en prision el rey venia,
Con el respeto al rey que á un rey devia.

Pasando á reposar á su aposento,
Ante él con multitud de luz de pajes,
Vió la hermosa sala en su ornato,
Que la llaman hoy dia de los Linajes:
Su guardia quedó atrás, y aunque contento,
Cansado de ver tantos personajes,
Tantos triunfales arcos de aquel dia,
En su cámara, al fin, se recogia.

Pues retirada ya afuera la gente,
De la ciudad que el duque allí acaudilla,
Con el rey y los suyos solamente
Quedándose el buen conde de Tendilla,
El que del Real Consejo presidente
Despues siendo, hinchó muy bien la silla,
Que el marqués de Mondéjar despues era,
Cuando le hirió el moro en la cadera.

El rey le preguntó (que en todo cuanto
Habia del duque visto y contemplado,
No lo tenia junto á todo en tanto

Que la sala por donde habia pasado),
Si se avia á dicha hecho por encanto,
Porque en tal edificio y tan ornado,
Aunque mucho anduvo basta aquel dia
En su vida visto otra tal no avia.

¿Qué escudos de armas eran los pintados Que en lo alto alrededor por todo avia? Señor, él respondió, nuestros passados, En quien muy gran virtud resplandecia De todos los linajes señalados

De España, y de los que aun despues avria, Para á sus descendientes mover tanto, Hicieron esta sala por encanto.

La cual de los Linajes es llamada, Porque en ella esculpidos estan todos Los de España, aora sean de otra mesnada, O de la antigua sangre de los Godos. El rey dijo que cierto, si os agrada, De me mostrar virtud de tantos modos, Que yo huelgue de ver muy bien y atento, Mientras la cena viene, esse apossento.

El conde de sí dijo, y que en aquesto Y en lo mas servido él le serviria: Pues desembarazar mandando presto La sala á la que el rey salir queria, Con mucha luz de antorchas con que puesta La obscuridad nocturna en huyda avia, De unos á otros escudos discurriendo, Así el conde ante el rey le iba diciendo:

Señor, en los que yo ir mostrando quiero,
No creas que haré entre ellos diferencia,
Ni de los escudos que primero

Tratare, és que aya entre ellos preminencia:
En España no hay órden: un rasero
Igual con todos, es sin precedencia:
Cada linaje y casa por sí estima,
Que suya á tener mas seria la prima.

ESPLICACION DE LOS ESCUDOS.

Toledo.

El escudo de azul y blanco (el dedo
Alzando), en quien escaques quarteado,
Con las nueve banderas que sin miedo
De los moros ganadas está orlado:
Es de claro linaje de Toledo,

Que por el mundo todo es tan nombrado.
Fueron de esta familia antecessores
Los griegos de la Grecia emperadores.

Portocarrero.

Este otro azul y de oro, diferente De aquel en lo amarillo y las banderas, De los Puerto-carreros, noble gente, Son las insignias y armas verdaderas: Estos de Portugal antiguamente Viniendo acá á seguir nuestras banderas Tras el rey don Alonso á quien sirvieron, Señores y altos hombres se hizieron.

Aragon.

Y el de las nueve vandas diferentes,
Cuatro de oro y las cinco coloradas,
Que al largo del escudo reluzientes
Van de lo alto á lo bajo encaminadas:
Son de los de Aragon, y descendientes
Son de las reales casas y moradas
De reyes de Aragon de clara fama,
Y así esta gente de Aragon se llama.
Granada.

Y en el escudo blanco sin letreros
Ni otra divisa alguna, la granada,
Son las armas de aquellos caballeros
Que en España se llaman de Granada:
Descienden de los reyes verdaderos
De la ciudad que siempre está adornada
De cinta, y toca blanca, y verde saya,
Aunque en el mundo nieve ni agua no haya.

Silva.

El leon en campo blanco coronado
Con las uñas rapantes de tal guisa,
El linaje de Silva muy honrado
Se trae en sus escudos por divisa:
En tiempo del primer Juan llamado,
Segun de ello su historia nos avisa,
De Portugal acá felicemente
Passó la primer planta desta gente.

Castro.

Los seis roeles azules del entero
Escudo blanco, son armas sin falla
De la gente de Castro, que yo quiero
Con razon de Layn Calvo derivalla:
Y ay fama de Erastino, el que primero
En la cruda Pharsálica batalla

No pudiendo sufrir mas la tardanza,
Contra Pompeyo echó la primer lanza.

Ribera.

Las tres bandas de verde en campo de oro, Que ves por armas, traen los de Ribera, Los que siempre han guardado su decoro De caballeros ser de gran manera: Quantas cosas han hecho, quanto moro Han muerto, lugar no ay que se refiera. Vino acá de Galicia antiguamente El tronco y la raiz noble desta gente.

Pimentel.

El quarteado escudo en las fronteras,
Con las bandas de Cordova excelentes,
Que traen las otras dos cinco veneras
De plata en campo verde relucientes:
Son las divisas y armas verdaderas
De los de Pimentel, famosas gentess
Galicia y Portugal, tambien Castilla
Se loa de ser al fin destos la silla.

Sandoval.

Traen los de Sandoval la negra banda
En el campo de oro en el escudo:
El rey que tras el conde sigue, y anda
Oyendo, y con muy gran estupor mudo,
De donde ocupan estos les demanda:
El conde, señor, dijo, esso no dudo
Los de Sandoval, oygo aun desde niño,
Que vienen de los condes de Treviño.

Tovar.

Tovar es de Treviño descendiente,
He alli trae otra banda colorada,
Con dos bocas al cabo de serpiente
Y en campo azul la banda atravessada:
Del buen rey Don Alonso antiguamente,
Esta banda por armas les fué dada,
A los que ali seguian sus justas iras,
El buen rey que ganó las Algeziras.

Mendoza.

Aquel escudo verde con la banda
Colorada, por medio á la foslaya
Perfilada de oro, tras quien anda
El mundo por los lados como raya:
Lo traen los de Mendoza, como manda
Zuria, señor primero de Vizcaya,

Ni ay de árbol como aqueste de gran fama
En España con fruto tanta rama.

Haro.

Y del mismo Zuria son herederos
La familia gentil de los de Haro,

Los que dos lobos traen con los corderos
En las bocas, en campo blanco y claro:
Y en torno ocho aspas, que á estos caballeros

Les dió sobre Baeza un rey no avaro,
Porque dia deste Apostol por su espada
de los moros Baeza fué ganada.

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