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del patriarca San Cayetano. En 1761, el real y supremo Consejo de Hacienda concluyó la obra del nuevo templo y casa para esta religion, en la calle de Embajadores, en un terreno que adquirió, propio de dos regidores de Ma drid, llamados D. Rodrigo y D. García de Abades, en el cual tenia su quinta y jardines. En la fabricación de este templo se invirtieron muchos años, por el ruidoso pleito que trajo el Consejo con el tribunal de las Ordenes, que litigaba el derecho á la quinta espresada, que en otro tiempo fué de la encomienda de Santiago; pero decidido el lítis á favor del dé Hacienda, se terminó la obra de que hablamos.

Los diseños para el templo se trajeron de Roma; però un catedrático de fama, muy adictó á la escuela de Gerónimo Churriguera, observó su gusto en la construccion de este templo, formando un edificio de tres naves, con una cúpula en la mitad de la de enmedio y cuatro en los estremos de las colaterales. La reina doña María Luisa, esposa del rey D. Cárlos IV, hizo voto en el año de 1774 de concluir la iglesia, si Dios le hacia merced de un príncipe; pero sucedió lo contrario, porque en 25 de abril del mismo nació la Serma. señora infanta doña Joaquina, que despues fué reina de Portugal, como esposa de Juan VI, por lo que no se cumplió la oferta; y fué lástima, porque la iglesia hubiera sido doble de grande, y se hubiera encargado de ella el célebre Villanueva, quien hubiera presentado un edificio hermoso, aprovechando la planta de los muros y las escelentes luces que tiene, habiendo sido una de las obras de su escelente estudio, revistiéndola con un órden sério y magestuoso. La gran fachada es de piedra, y las pinturas de las pechinas, que representan al patriarca San Cayetano, á San Andrés Avelino y á los cardenales beatos Pablo de Arezo y José María Tomasi, son del pincel de D. Luis Velazquez. Tambien habia en tiempo de los clériglos reglares buenos cuadros de Bartolomé Roman y de Antonio del Castillo.

El P. D. Julian Ruiz, siendo prepósito de esta casa, hizo nuevos los retablos y adornó bastante la iglesia. Los teatinos hubo un tiempo en que vivieron providencialmente, segun su instituto, sin prevencion alguna de comestibles; y se refiere, que un dia de la festividad del santo carecian de todo; pero á la hora de refectorio llamaron á la puerta reglar, bajó un fámulo y encontró una

caballería cargada de viandas, sin verse que la guiara persona alguna. Esto ocurrió cuando vivian en la pequeña casa de la calle del Oso; despues adquirieron algunas fincas por donaciones particulares, y entre otras lo que ahora es la real posesion del Casino, la cual les tomó el ayuntamiento para regalársela á la reina Francisca María Isabel de Braganza, en 1816.

La grandeza socorria mucho á esta comunidad, y en especial las Excmas. señoras doña María Teresa Cayetana de Silva, duquesa de Alba; dona María Cayetana de Ga→ larza, marquesa viuda de Cerralbo y de Almarza, condesa de la Oliva de Gaitan; doña Cayetana de la Cerda, duquesa de Alburquerque; doña María Cayetana Fernandez de Miranda, marquesa viuda de Escalona y Prado, y doña María Josefa Alfonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente y de Osuna, cuyas benéficas señoras, en las festividades principales y en los miércoles del año, alternando, enviaban abundantes comidas á esta casa. Los padres teatinos repartian gran parte de estos obsequios entre las numerosas familias pobres de aquel barrio (1). Las fiestas de los clérigos reglares en San Cayetano eran suntuosísimas, pues tenian su capilla de música, que asistía en todas ellas. Hubo en esta casa hombres sapientísimos, descollando entre ellos el famoso escritor P. Vazquez. Hubo asimismo oradores eminentes y misioneros celosos, dotados de talentos estraordinarios.

En 1817, asistiendo el Consejo de Hacienda á la funcion de San Cayetano, despues de ella pasó á la sala de la Prepositura, donde estaba el cuadro del eminentísimo cardenal príncipe de Carrafa, donde habia preparado un corto obsequio para el supremo tribunal; y cuando todos los consejeros habian ocupado sus asientos, llegaron los lacayos de la mencionada señora condesa-duquesa de Be→ navente con un costoso ramillete lujosamente adornado, con la imágen del santo en el remate, y tantos escudos como grandeza tenia esta ilustrísima casa, y al pie de la efigie una rotulacion de diamantes, en que se leia: No

(1) Cuando fueron desalojados de su casa, se amotinaron aquellas gentes para impedir su salida en 1823, porque siendo corto el personal, se los incorporó á los teatinos de Zaragoza.

digas delante de Cayetano que no hay Providencia (1). En esta iglesia hay un altar dedicado al Smo. Cristo de Balaguer, y al lado del Evangelio un mausoleo pequeño, en memoria de la fundadora doña Ana Quintea y Cardos (2).

El rey D. Fernando VII cedió esta casa á la comunidad de Padres Franciscanos Descalzos (Gilitos), los cuales á los principios fueron mal recibidos en aquel barrio, porque no podian repartir tanta limosna como los padres teatinos.

La exhalacion que cayó en la cúpula principal de este templo en la tarde del 26 de julio del presente año, originó un voraz incendio, que arruinó la linterna y casi toda la media naranja.

Dia 8.

El corazon benéfico del rey D. Alonso VIII, llamado el de las Navas por aquella tan célebre victoria que consiguió de los moros, cerca de las Navas de Tolosa, estuvo siempre atento á procurar por todos los medios posibles las utilidades de sus vasallos. Su reinado es uno de los mas abundantes en gracias y mercedes para cimentar la felicidad pública y aumento de la poblacion; viniendo á sí muchos de los lugares que se habian separado de la corona de sus mayores, y que buscaban en su benignidad el patrocinio y acogimiento que no hallaron en otros potentados de aquel tiempo (de que suministra buen ejemplo la provincia de Guipúzcoa en el año 1200), dió considerable estension á sus Estados. Sepúlveda, poblada y murada con el mayor esmero en el siglo anterior, y cu

(1) Este fué uno de los rasgos nobilísimos de la duquesa, porque supo que el presidente del Consejo, escelentísimo almirante duque de Veragua, marqués de la Jamaica, habia mandado cercenar algunos gastos en la funcion, diciendo que habia que hacerlo así, porque iba faltando la Providencia y era preciso atender á los gastos del patronato.

(2) Esta señora está sepultada en el cementerio general estramuros de la puerta de Fuencarral, en un nicho perpétuo, cuyo ataud solo encierra ya cenizas.

yo fuero habia sido la norma para dictar leyes, no solo á los soberanos de Castilla, sino tambien á los de Aragon y Navarra, se iba insensiblemente despoblando, á causa de que las guerras exigian la inescusable circunstancia de contribuir sus moradores con sus personas y bienes á sostenerlas. Muchos de sus vecinos habian desamparado el distrito de sus murallas, por creerse exentos de las contribuciones viviendo en los pagos y aldeas; pero precisándoseles á la contribucion personal y real del mismo modo que si tuviesen casa dentro de la villa, se hacia mas dura su condicion, unido á aquella el trabajo y labor de sus heredades; de suerte que no solo se notaba despoblarse Sepúlveda, sino tambien sus arrabales y campiñas.

En este estado, ocurrieron los vecinos á la piedad de D. Alonso VIII, y haciéndole presente sus contínuos servicios y la decadencia en que se hallaba la poblacion, dió el rey nuevas disposiciones para que se lograse restablecer en su antiguo estado el vecindario de la villa, concediendo absoluta franqueza de todo pecho y tributo á cuantos tuviesen casa poblada dentro de sus muros por todo el año, no imponiéndoles otra carga para el Estado que la de ir á la hueste cuando el rey fuese personalmente, conforme mandaban las leyes antiguas de Castilla.

Espidióse esta gracia el dia 8 de agosto del año 1201, hallándose el rey en la villa de Ayllon; y fué de tan buen efecto, que D. Juan el I reconoció su utilidad y las razones que habia para mantener á Sepúlveda en su posesion, á instancia de los procuradores del reino en las Córtes que celebró en Burgos, año 1379, luego que sucedió en la corona á su padre.

D. Enrique II despachó privilegio rodado, insertando á la letra el anterior, y firmándolo en otro dia semejante 8 de agosto del mencionado año.

Ambas fechas son muy notables para nuestra diplomática, y no lo es menos hallarse en este último privilegio, entre los confirmantes, D. Beltran Claquin, condestable de Francia, llamándose vasallo del rey; pues prueba que aún se mantenia en Castilla, desde que habia pasado á ella con sus tropas auxiliares en favor del espresado don Enrique II contra su hermano D. Pedro. Tambien se llamaban vasallos del rey, entre los confirmantes, el hijo del rey de Portugal, D. Donís, señor de Alba de Tormes; y don

Pedro de Aragon, marqués de Villena, señor de Rivagorza y de Dénia.

En este dia del año 1361, sucedió que, habiendo establecido el rey D. Pedro de Castilla, apellidado el Cruel, sus reales frente de Azofra, pueblo pequeño cerca de Aragon, á donde iba á hacer la guerra, se le presentó un venerable sacerdote de Santo Domingo de la Calzada, pidiéndole audiencia. El rey se la concedió, y aquel con el mayor respeto le habló, declarándole una revelacion misteriosa que habia tenido, reprobando las injusticias que cometia con sus vasallos, apercibiéndole con un fin desastroso. Irritado el rey D. Pedro contra el sacerdote, le mandó arrojar al fuego delante de su ejército, viendo desde su pabellon cómo la llama le sofocaba y consumia.

Origen de los mariscales de campo.

Reinando D. Juan I en Castilla, estableció en este dia del año 1383, antes de salir á campaña, la clase de mariscales y los modernos maestres de campo, sometidos al condestable. El mariscal era un justicia en los ejércitos reales, para proveer el campamento de agua y de leña. El primero que obtuvo este empleo fué D. Fernando Alvarez de Toledo, señor de Valde-Corneja, progenitor de los duques de Alba. Despues fueron los reyes confiriendo este cargo á diferentes caballeros, que unos se denominaron mariscales de Castilla, y otros de Leon, y algunos de Andalucia, por donde á la sazon se hacia la guerra. En Navarra tuvo principio este mencionado empleo de mariscal en tiempo del rey D. Cárlos II de aquel reino, en 1388, siendo el primero que le obtuvo D. Felipe de Navarra, nieto de aquel monarca. Con estos honores animaban los soberanos á sus soldados y autorizaban sus ejércitos. Hoy el uniforme de los mariscales de campo es el mismo de los tenientes generales, con solo un órden de bordado en las vueltas y en la faja. En la armada se denominan jefes de escuadra, y usan el mismo uniforme.

Tambien en este dia del año 1578 recogieron los portuguesés el cadáver del rey D. Sebastian, que estaba insepulto en los campos de África desde la desgraciada batalla del dia 4, en que fué muerto de un mosquetazo que le dispararon los moros, cuando fué á poner en el trono al rey de Fez y de Marruecos con un insignificante ejército de 17,000 combatientes. En esta accion adversa fene

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