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ESPONSALES

tolere. Por eso, las leyes y los cánones, reco-
nociendo estos graves inconvenientes y que-
riendo, sin embargo, transigir con una insti-

mota, han limitado de tal modo la fuerza de
los esponsales, que casi los han reducido à
pactos insignificantes, dejándolos caer en des-
uso. Referir las condiciones que las leyes les
han impuesto, equivale á probar que la insti-

trimonio cualquiera de los dos esposos: la ausencia de uno de ellos á tierras estrañas, hasta el punto de ignorar su paradero: las muestras directas ó indirectas que diere cual-titucion que data desde la antigüedad mas requiera de ellos de no querer contraer el matrimonio convenido y la sola voluntad de uno de ellos, cuando habiéndose desposado impuber, se arrepiente luego que llega á la pubertad. Es de advertir que los autores enumeran todavía ofra porcion de causas análogas á las anterio-tucion debe abolirse, y que de esta verdad han res, de suerte que reunidas todas puede asentarse como regla general que los esponsales son un contrato enteramente rescindible á la voluntad y al capricho de cualquiera de las partes contratantes.

estado convencidos todos los legisladores desde don Alfonso el Sabio à Napoleon. Pueden contraerlos los mayores de siete años; pero su contrato no ha de tener fuerza alguna como no lo ratifiquen en escritura pública pasada la pubertad, con el consentimiento paterno. Y si esto es asi, preguntamos: ¿no es absurdo y ridiculo que la ley permita un contrato bilateral

Terminando esta esposicion de la doctrina vigente en materia de esponsales, diremos que el conocimiento de las causas que sobre ellos se suscita, corresponde á la jurisdiccion ecle-á cuyo cumplimiento no queda obligado ninsiástica, con la limitacion establecida por regla guno de los dos contrayentes, como no vuelgeneral en toda esta clase de asuntos: esto es, van á celebrarlo? Los efectos únicos de los esque la parte civil de estos negocios, ó sea la ponsales válidos, son que el esposo rehuente de resarcimiento de daños, indemnizacion de en cumplirlos pueda ser apremiado á contraer perjuicios y otros, son como en las causas de el matrimonio y tenga un impedimento de los divorcio, del dominio esclusivo de los tribuna-llamados impedientes para casarse con otra les ordinarios.

Espuesta ya la doctrina legal sobre el asunto que motiva este articulo, vamos á decir alguna cosa sobre el carácter de esta institucion, y su porvenir en la codificacion que es hoy dia objeto de los trabajos de nuestros jurisconsultos.

pues el que no quiere cumplirlos puede alegar multitud de escusas legales, algunas bien frivolas y fáciles de probar por cierto, para jus

persona; pero adviértase que no es la potestad civil la que puede llevar á efecto el apremio, sino la iglesia, la cual no puede usar, como es sabido, medios coercitivos, sino amonestaciones blandas y censuras no muy severas; y en cuanto al impedimento para contraer otro matrimonio, tampoco es un obstáculo invenciHemos indicado de paso que los esponsales ble, puesto que seria éste válido si lo contradesaparecerán de nuestro de recho en cuanto se jesc. Y por último, ni basta siquiera á los espromulgue como código civil el proyecto publi-ponsales el ser válidos para surtir estos efectos, cado un año hace, cuyo artículo 47 dice: «la ley no reconoce esponsales de futuro: ningun tribunal civil ó eclesiástico admitirá demanda sobre ellos.» Asimismo hemos dicho que cree-tificar la resistencia; y el juez eclesiástico, aun mos justa y conveniente la disposicion de sin ellas, debe dejar de apremiarle cuando por este articulo, porque los esponsales care- cualquier motivo racional lo crea conveniencen de utilidad, de fundamento y de objeto en te (1).» De estas y otras consideraciones dedula legislacion. He aqui cómo se espresa sobre ce el autor, como deducirá toda persona seneste punto el ilustrado escritor don Francisco sata sin necesidad de un detenido examen de de Cárdenas en un opúsculo recientemente puesto asunto, que los esponsales deben supriblicado acerca de los vicios y defectos de nuestra legislacion actual y las reformas que para subsanarlos propone el proyecto del código civil. «La principal dificultad del pacto esponsalicio (dice) consiste en que no hay medio de atribuirle alguna eficacia sin perjudicar la libertad del matrimonio y la paz de las familias. Si la ley lo sanciona con penas capaces de obligar al matrimonio, pierde este una de las circunstancias que mas lo santifican, à saber, la libertad de eleccion, y otra de las que mas contribuyen al bienestar de las familias, que es la paz y armonía entre los cónyuges. Si por temor de este peligro no acompaña á los esponsales sancion alguna, ó la que se pone es insuficiente para lograr su objeto, se hace de ellos un pacto vano, propio para engañar á las mugeres, adecuado pretesto de desórdenes graves, é indigno de que la ley lo

mirse de nuestra legislacion actual, aunque observa, mny oportunamente en nuestro concepto, que esta reforma debe hacerse de acuerdo con la iglesia, porque los tribunales eclesiásticos se verian en un conflicto si por una parte la ley civil les prohibiera admitir demandas, y por otra la ley canónica les obligara á recibirlas.

Las legislaciones de los paises modernos no se presentan en lo general mas favorables á la institucion que nos ocupa. El código francés, el de la Luisiana y el holandés, no contienen disposicion alguna en materia de esponsales: el austriaco en sus articulos 45 y 46 dice que una promesa de matrimonio no tiene otra consecuencia legal sino el dar lugar á una accion para el resarcimiento de los daños

(4) Opúsculo citado, pág. 5 y

reales que su falta de ejecucion ocasiona: el bávaro, dice en el cap. VI, lib. 1.o, art. 10, número 2, que son válidas las promesas de matrimonio entre personas capaces de contraer; pero la negativa á cumplirlas no da otro derecho que el de una indemnizacion: el de Prusia, en su tít. I, parte 2.3, art. 75 al 105, concede accion para lo mismo, para una satisfaccion legal, multa y hasta prision, segun las circunstancias: análogas disposiciones se contienen en el napolitano y el del canton de Vaud (1). Por todas estas consideraciones creemos que el articulo 47 del proyecto de nuestro código civil contiene una disposicion á todas luces conveniente, y que con él desaparecerá de nuestro derecho una institucion que carece de objeto y utilidad, y que creemos insostenible en el terreno de la filosofía y de los buenos principios del derecho.

no hay sociedad. Lo que se hace de hombre á hombre, de familia á familia, en una region, en una estension, en un territorio poblado por gentes que hablan el mismo idioma, y que obedecen á la misma autoridad, se hace de una á otra de esas fracciones de la humanidad que se llaman naciones. Tanto de los hombres como de los pueblos puede asegurarse que el que no trabaja para otro tiene pena de muerte. Esta pena es la naturaleza quien la impone: en uno y otro caso el que no trabaja para satisfacer necesidades agenas, no hallará quien trabaje para satisfacer las suyas. A los hombres y á los pueblos se aplican con igual exactitud estos dos axiomas del ya citado economista: en el aislamiento, nuestras necesidades sobrepujan á nuestras facultades; en el estado social, esto es, en el cambio de servicios de hombre á hombre y de pueblo á pueblo, nuesESPONTON Ó SPONTON. Palabra derivada del tras facultades sobrepujan á nuestras facultades italiano spuntone y este del verbo spuntane Siguese de aqui que el hombre y el pueblo ais(hacer puntar ó despuntar, como la yerba lados no pueden vivir, y que el hombre y el cuando crece). Probablemente spuntone era pueblo colocados en estado social con otros el aumentativo de spunta. Esponton se llamaba hombres y con otros pueblos, no solo satisfacen un arma antigua española que consistia en una con facilidad las exigencias mas imperiosas de la lauza de ocho ó nueve palmos terminando la naturaleza, sino que sienten otras de un órden parte superior en un hierro formando un cora- mas elevado, y entran progresivamente en una zon llamado moharra. No solo servia de defen-carrera de perfectibilidad, cuyos límites no sa, sino tambien de distintivo á los oficiales puede fijar la mas viva imaginacion. superiores de algunos cuerpos de infantería, De todas las criaturas organizadas, no hay quienes estando de servicio ó sobre las armas ninguna sujeta á tantas necesidades como el hacian el saludo de ordenanza con el espon-hombre. En ninguna es tan débil, tan desnuda ton, á la manera que se verifica actualmente la infancia; tan laboriosa, tan llena de vicisicon la espada ó el sable. tudes la edad madura; tan precaria y dolorida ESPORTACION. (Economia politica.) Por es- la vejez. Y, como si no tuviera bastantes neceportacion se entiende la saca ó estraccion de sidades inevitables, hijas de su organizalos productos naturales ó fabriles de una na-cion, aumenta su número con las que le cion, para cambiarlos por los de otra. La espor- crean sus aficiones. Apenas ha satisfecho tacion y la importacion son, pues, correlativos: el hambre, cuando quiere recrear el palauno y otro constituyen el cambio, y «el cambio, dar; apenas puede cubrirse, cuando quiere dice Bastiat, es la economía política; es la so- adornarse; apenas se ha labrado una choza, ciedad entera, porque es imposible concebir cuando procura hermoscarla. La inquietud de sociedad sin cambio, y cambio sin sociedad.» su inteligaecia, corresponde á las urgentes deAsi, pues, la teoría de la esportacion envuelve mandas de su estructura. Desde el momento en la de los principios filosóficos en que se fundan que no están aletargadas sus facultades mentala sociabilidad y su emanacion directa y nece-les, por la necesidad de adquirir medios de saria, que es la civilizacion. Necesidad, satisfaccion, esfuerzos; he ahi, todo el hombre bajo el punto de vista económico. Los dos primeros términos son intrasmisibles, porque dependen de la sensacion, que es la parte mas personal y mas esclusiva de la organizacion humana. El esfuerzo es el que se trasforma, y asi debe ser, porque trasformacion supone actividad, y el esfuerzo es lo que manifiesta el principio activo del hombre: no podemos gozar ni padecer unos por otros, por mas sensibles que seamos á las penas y goces de nuestros semejantes; pero podemos ayudarnos mútuamente; podemos trabajar unos para otros; podemos trocar servicios por servicios. Sin esto

conservar su existencia; desde el momento en que puede dividir el dia de manera que le proporcione algunas horas de descanso, aspira á profundizar los secretos de la naturaleza, á domar las bestias del campo, á penetrar en las entrañas de la tierra, á cruzar los mares; quiere conocer los resortes de su voluntad, las leyes de su mente; quiere reinar sobre sus pasiones, conquistar la inmortalidad, confundirse con su Criador, someterlo todo á su imperio; en una palabra, sus deseos se dilatan en un espacio indefinido. De estas aspiraciones nacen los prodigios del genio, de la razon y del trabajo; nacen los resortes de esa accion poderosa que modifica, que cambia, que altera la naturaleza, que tuerce el curso de los (1) Concordancias, motivos y comentarios del Código civil español, por don Florencio Garcia Go-rios, que convierte los eriales en ricos semyena; tom. I, pag. 53. brados; que pone en movimiento las masas mas T. XVIII. 3

1158 BIBLIOTECA POPULAR.

estupendas, y con las sustancias mas groseras | del pais, y en este caso, la importacion esceforma las maravillas de las artes, y da vida y |derá á la esportacion. Al contrario, pueden no afectos á los metales y á las piedras. Suponga- haber llegado los cargamentos que traen gémos al hombre aislado; supongamos que des-neros en cambio de los que se han enviado, conoce el cambio; que está abandonado á sus y en este caso la esportacion será superior á propios recursos, ¿es ese el mismo ser que la importacion. Pero al fin, escepto un caso acabamos de admirar elevado sobre el nivel de estraordinario, el buque que está à la carga ha toda la creacion? de salir, y el que se aguardaba ha de llegar, y Es indispensable, pues, para que el hom- entonces queda completamente equilibrada la bre salga del estado salvage, que otros hom-entrada con la salida. bres le suministren lo que él solo no puede Cuando la diferencia entre lo esportado y proporcionarse: es necesario que los otros re-lo importado se salda en dinero, el resultado ciban de él lo que no puede proporcionarse es el mismo que si se saldara en géneros. ninguno de ellos solo. Lo mismo sucede en Cuando se esportan estos, es porque sobran; las naciones: en uno y otro caso interviene el cuando se esporta dinero, es porque sobra tamcambio para equilibrar el repartimiento de los bien. Esta verdad ha estado largo tiempo oculdones de la creacion. Pero el cambio se manita á los ojos de los economistas, hasta que fiesta de dos modos: por la union de las fuer-hubo quien descubrió y probó que el dinero es zas y por la diversidad de trabajos y produc- una mercancía como el trigo y como el paño. tos. La primera de estas dos manifestaciones ¿Por qué sobran mercancías en un pais dado? pertenece a las relaciones entre hombre y Porque su cantidad es superior à la demanda; hombre; la segunda á las relaciones entre na- por la misma razon sobra el dinero, es decir, cion y nacion. Las naciones cambian lo que porque no hay cómo emplearlo. Resulta de producen por lo que no producen. Lo que se aqui, que si el labrador gana vendiendo su separa de este órden de comunicaciones, se trigo, el capitalista gana vendiendo sus pesos priva de dos grandes ventajas, á saber: de ad- duros, y estendiendo este paralelo de los indiquirir lo que necesita, y de desprenderse de viduos á las naciones, si Jerez se enriquece venlo que le sobra. La adquisicion de lo necesa-diendo sus vinos á los ingleses, el traficante rio es el primer elemento del bienestar y de la inglés se enriquece cambiando su dinero por ventura: no necesitamos probarlo; el enagena-vino. Es mas: en estos casos y en todos los miento de lo que no hace falta, no le es infe- de cambio entre individuos y entre naciones, rior en utilidad. Primeramente, porque sin la las mercancías y el dinero representan trabafacilidad de efectuar esta enagenacion, no es jos, de modo que lo que se cambia no es ese posible pagar lo que se adquiere. En segundo objeto palpable que se llama café, ú onza de lugar, porque sin la necesidad de producir mas oro: lo que se cambia en realidad es trabajo de lo que se consume, la esfera del trabajo por trabajo. ¡Cuán errónea, pues, no ha sido, quedaria reducida á tan estrechos limites, que por espacio de tantos siglos, la legislacion fistodas las facultades humanas se aletargarian cal de la mayor parte de los pueblos de Europor falta de ejercicio, y quedaria cerrada la pa. En casi todos ellos el sistema prohibitivo empucrta á todo estímulo y á todo adelanto. Tu-pezó por la esportacion; en casi todos se temia les son los principios generales en que se funda la teoría del comercio.

que faltase el trigo, ó la lana, ó el dinero; se miraba con desconfianza, con terror al estranDe ellos es fácil deducir que la esportacion gero que se llevaba la subsistencia y el biencorresponde exactamente á la importacion, es estar de las poblaciones. Esta es la incesante decir, que una nacion no importa mas de lo plegaria de nuestros antiguos economistas. que esporta y vice-versa. Las estadísticas co- Cuan futiles son estos medios, lo prueba mas merciales que se publican en Europa por años, que nada el ejemplo de España. La prohibicion parecen en contradiccion con esta regla. En de sacar dinero ha sido, durante muchos siglos, ellas aparecen generalmente escesos entre lo el cánon sagrado de nuestros aranceles. ¿Y qué esportado y lo importado; pero esta desigual- efecto produjo tanta severidad? Mientras mas dad no es mas que aparente, y el equilibrio riqueza metálica nos enviaban las minas de entre las dos partidas se restablece de dos mo- Mejico y del Perú, mas se esparcian por todo dos, ó por medio del dinero que salda la dife-el orbe conocido. Ni la mas incansable vigilanrencia, ó por la consumacion y finiquito de los cia, ni las órdenes mas apremiantes, ui las penegocios que estaban pendientes á fines del nas mas rigorosas eran parte á reprimir la saaño y que se han saldado despues. Suponga-lida. A esto atribuian los escritores la miseria mos una estadística comercial que abraza un pública, y no la atribuian á la espulsion de año desde 1.o de enero hasta 31 de diciembre. 90,000 familias laboriosas, ni á una poblacion Si este último dia no se han verificado los re-reducida á 6.000,000 de habitantes, ni á laз tornos de ida ó de vuelta, necesariamente ha insensatas guerras sostenidas en paises estrade aparecer un vacío en el cargo ó en la data ños, por intereses de religion ó de dinastia, del balance internacional. Pueden haber ve-ni al enorme peso de tributos que oprimian á la nido cargamentos en los últimos dias del año, nacion, ni á la muchedumbre de holgazanes y no haber tenido tiempo para cargar géneros que vivian á espensas del público. El dinero

salia porque era una superfluidad onerosa, co- Já que los precios la conviden; abrirá la senda á mo es el vino cuando se acumula en la bodega; salia para satisfacer necesidades á que no bastaban los productos del suelo español; salia por la misma razon que sale del bolsillo del padre de familias que envia un duro á la plaza para tener que dar de comer á sus hijos. La salida del dinero era un bien, como lo es el desague que se da á un rio crecido para que no inunde una poblacion.

otras esportaciones convenientes y lucrativas, y sus retornos fecundarán los trabajos domésticos, y remunerarán los brazos que en ellos se ocupen. Todos saben la gran reforma que introdujo Colbert en el régimen aduanero de Francia. Su idea dominante era que la venta de las mercancías francesas en las naciones estrangeras, acompañada con grandes restricciones á la introduccion de mercancias estrangeras en La consecuencia obvia y natural de estas Francia, atraerian á este pais todos los metales doctrinas, es que cuantas trabas se pongan á preciosos que circulaban en el mundo comerla esportacion son otras tantas privaciones que cial. La gran felicidad de la Francia consistia, se imponen á los consumidores. Un pais en que segun él, en poseer una gran masa de riqueza hay sobrantes de productos, denuncia un go- metálica. En 1670, cuando Luis XIV se ballaba bierno que no entiende sus intereses, ni los en la cumbre del poder, habiendo sabido Colde la nacion cuyos negocios dirige. Estimular,bert que habia llegado al Havre un buque carpor el contrario. la esportacion, es multiplicargado de oro, escribió a las autoridades relos trabajos útiles; dar ocupacion y holgura á prendiéndolas por no haber dado cuenta del innumerables seres humanos de diversas profe-suceso, «sabiendo que nada podia ser mas grasiones, es provocar el aumento de la poblacion, to al rey.» Dominado por esta idea fija, espies, en una palabra, crear la riqueza pública. Mientras mas se esporta, mas se movilizan los capitales, mas establecimientos se fundan, mas jornales se emplean, mas materias primeras se consumen, mas se aglomeran las familias, mas se estrechan los vínculos sociales. Esportar mucho, en fin, es ganar mucho, y si no se gana mucho no se aumenta el producto neto, que es el verdadero termómetro de la prosperidad de las naciones.

dió en 1664 un arancel lleno de las medidas mas rigorosas contra las importaciones estrangeras; medidas que no le parecieron bastante coercitivas, y cuya severidad subió de punto en el de 1667. Las consecuencias fueron las mas desastrosas. Holanda, cuyos productos quedaban escluidos de los puertos franceses, despues de largas é inútiles negociaciones, prohibió la entrada de vinos, aguardientes y todo género de manufactura francesa. De aqui Ya hemos demostrado en nuestros articulos resultó la guerra de 1672. A los desastres de BALANZA DE COMERCIO Y ECONOMIA POLITICA, esta campaña, que fué la que eclipsó todas las que la diferencia entre la importacion y la es- glorias del gran monarca, y la primer piedra portacion no prueba absolutamente nada con lauzada al coloso de su poder, se agregaba la respecto á la pérdida ó ganancia de las nacio- ruina total de la agricultura, porque prohibida nes interesadas. Las dos naciones ganan por-la esportacion de granos, que fué otro de los que una y otra adquieren aquello de que care- grandes desaciertos de Colbert, y rechazados cian. Pero no se infiere de aqui que las dos na-los líquidos de uno de sus principales mercaciones hayan alcanzado el mismo grado dedos, los labradores y dueños de fundos rústiprosperidad, ni que gocen, si es lícito decirlo, cos, se sumieron en la mas profunda miseria; de la misma salud económica. La que mas pro-esta se comunicó á todas las clases del Estado, duzca, será la que mas venda y mas esporte, y en la época de la muerte de Luis XIV, como será la que vea acudir mas consumidores á su mercado; la que mas impulso dé á sus trabajos; la que mas capitales acumule. El principio contrario producirá los efectos contrarios. Una nacion que no desarrolla sus esportaciones, por muy activa que sea su circulacion interior, no puede aumentar su producto neto, ó lo que es lo mismo, no puede ahorrar para reproducir, y por tanto no puede mejorar de condicion.

en otro articulo hemos probado, apenas habia en todo el territorio francés 70,000 familias en aptitud de pasar una vida cómoda y holgada, sin deudas ni privaciones.

Todos los gobiernos que desde entonces se han sucedido en aquel pais, han persistido en el mismo sistema, y este sistema ha seguido dando los mismos frutos. El pauperismo, sin hacer tanto ruido en Francia como en Inglater¿Cuáles son, pnes, las leyes económicas ra, no es menos considerable, ni menos aflicmas favorables á la esportacion? Las que de- tivo en aquel pais, que lo fué en éste antes de jen mas latitud al impulso del interés privado; la actual baratura de las subsistencias, ocalas que abran mas ancho campo á la eleccion sionada por la reforma fiscal del gran ministro del especulador; las que no embaracen el cur-sir Robert Peel. Tenemos de ello una prueba so natural de los capitales; las que mantengan irrecusable en el pasage siguiente de una de en perfecta igualdad á todos los géneros de las mas acreditadas revistas de París, la Revue especulacion y á todos los medios de produ- des Deux mondes: cir. Bajo un régimen fundado en estos princi- «La novena parte de la poblacion francesa, pios, la esportacion brotará por sí misma y to-dice en aquel periódico un economista célebre, mará las dimensiones que las necesidades y la está reducida a un estado de indigencia y desdemanda le indiquen; se dirigirá á los puntostinada á morir en el hospital. En la reparticion

universo físico y en el moral, y como en la economía política todo es armonía, equilibrio y correspondencia, si los ingleses hubieran cambiado mas mercancías suyas por mas nuestras, mas se habria activado nuestra circulacion metálica, mas capitales se habrian acumulado; habria desaparecido casi enteramente el contrabando, y los ingresos en el tesoro habrian tenido un aumento que con toda seguridad podremos calificar de incalculable.

del capital circulante de la nacion, siete ú ocho muchos de ellos no encuentran rivales. Asi millones de individuos, salen regularmente á sucede en Inglaterra con nuestros vinos de Je91 francos por cabeza, es decir, á 450 francos rez y con las pasas de Málaga, artículos alli de para el gasto anual de una familia. En la mayor primera necesidad. Los ingleses nos los comparte de los oficios que no exigen mucha des- pran porque no pueden pasar sin ellos; pero los treza manual, el jornal es inferior á lo estricta- compran en la menor cantidad posible. Sin emmente necesario. En las fábricas de Reims, una bargo, en el curso del año de 1850 el valor de operaria en la fuerza de la edad, no gana mas las importaciones inglesas en España ha sido que 248 francos al año. Con tal que no descan- 117.194,262 reales, y el de nuestras esportase mas que los domingos, y que se contente ciones á Inglaterra, 141.412,640: es decir, hecon vivir de pan y agua, podrá llegar al cabo mos vendido á los ingleses en frutos 24.218,378 del año sin contraer deudas; mas para esto será reales mas de lo que les hemos comprado en preciso que no caiga enferma y que no tenga marcancias. No se dirá por esto que ellos neceque renovar una sola pieza de ropa. En París, sitan mas de nuestros frutos que nosotros de sus en los barrios habitados por gente acomodada, manufacturas. Lo que dirá todo hombre raciomuere anualmente un individuo de 52. En los nal y despreocupado es, que la desacertada learrabales, cuya poblacion se compone de jor- gislacion que nos rige estorba que las dos nanaleros, muere uno de 26. En Mulhouse, ciudad ciones satisfagan las necesidades que tienen de en alto grado manufacturera, la duracion me- los productos de los respectivos paises; que si dia de la vida en las clases ricas es de 29 años, ese obstáculo no existiera, los ingleses nos eny no es mas que de dos años en los niños de viarian mas productos y comprarian mas de las clases trabajadoras. » Estas calamidades pro-los nuestros; y como los hechos se ligan en el vienen de la suma escasez de subsistencias animales que se padece en aquel pais. Su ganadería no basta al consumo ordinario; pero la aduana exige once duros de derecho por cada cabeza de ganado vacuno que se importa de afuera, y con esta restriccion, la importacion seria ruinosa, y llega á ser imposible, asi es que el consumo anual de carne, distribuido por individuos sale á 40 libras por cabeza, y el escelente economista Michel Chevalier declara que seria preciso cuando me- Puede haber, sin duda, esportaciones pernos, triplicarlas para satisfacer las condicio-judiciales á los intereses generales de la nanes de la higiene. Las salazones podrian lle-cion, y son aquellas que le arrancan producnar este vacío; pero tambien les comprende tos que se necesitan, y que será dificil y cosla severidad del sistema restrictivo. En Ingla- toso reemplazar. Mas este caso no puede ocurterra, donde desde el año de 1846, las sustan-rir sino cuando las leyes estorban que el cias alimenticias no pagan derechos, entraron en 1849, procedentes de Alemania, 99.900,000 libras de carnes saladas, 55,449 cabezas de ganado vacuno vivo y 129,266 de ganado lanar. La Francia se priva de estos recursos, y lo que hace mas al caso presente, se priva de las esportaciones de productos nacionales, á que forzosamente daria lugar el capital introducido. En la obra de Mr. Tegoborski sobre las fuerzas productivas de la Rusia, se asegura que aquel pais posee de 25 á 27 millones de cabezas de ganado vacuno. De esta gran masa, la Francia no estrac mas que por valor de 40,000 duros al año, los cuales vuelven á Rusia convertidos en vino, aguardiente, paño y sederias. ¿Habrá quien niegue que la esportacion seria mucho mas considerable, si la importacion fuera mas barata y mas libre?

Quizás no hay un pais en Europa en que la aplicacion de estas verdades pueda hacerse de un modo tan claro y luminoso como en España. No solamente nuestra agricultura podria producir mucho mas de lo que produce, sino que en la actualidad produce mucho mas de lo que esporta. Sus frutos y sus caldos son tan apreciados en los mercados estrangeros, que

interés privado se abandone á sus propios impulsos, y dirija por sí mismo el curso de los negocios mercantiles. El interés privado sabe calcular, y si un producto escasea en un punto dado, no haya miedo que se estraiga para obtener un precio inferior en otro punto. Si las leyes se entrometen á determinar el giro de las empresas comerciales, entonces varían las circunstancias, y para evitar los rigores del fisco, la especulacion cede al impulso violento que le imprime el error ó el abuso de la autoridad. Asi, por ejemplo, los aranceles restrictivos obligan al consumidor à tomar de manos del importador fraudulento las mercancías que le hacen falta para satisfacer sus necesidades ó para aumentar sus goces. El importador fraudulento salda sus cuentas con el comerciante estrangero en dinero efectivo, y aunque la salida del dinero es tan inocente como la de cualquiera otra mercancía, cuando las necesidades recíprocas la provocan, no sucede lo mismo cuaudo se verifica forzadamente, y porque no hay otro medio de pago. Si los géneros estrangeros que entran por contrabando en España, entrasen por las aduanas, la cuenta se saldaria con frutos españoles, y ya

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