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>>Desde Sócrates; desde siglos ántes de Sócrates, hasta las figuras más prominentes de los mártires, y desde Jacobo Molay hasta mil ajusticiados más; y desde Padilla y Luis XVI hasta Riego y mil más tambien, cosecha ámplia tenia el orador para recoger citas de ajusticiados cuyo fin lamenta la humanidad entera, áun prescindiendo del Crucificado; y aprovechó algunos de estos nombres para defender el derecho de la prensa de juzgar hoy la muerte del admirable poeta Plácido». -De El Triunfo del citado dia:

«Enhorabuena.-Se la damos muy cordial al Dr. D. José Antonio Cortina, por la brillantísima defensa que hizo ayer en vista pública, defendiendo de la acusacion al periódico El Palenque Literario. >>Estuvo el orador verdaderamente inspirado.

>>La concurrencia, muy numerosa».

-De El Demócrata de igual fecha:

«A las ocho de la mañana se ha visto hoy, en el Tribunal de Imprenta, la denuncia de que ha sido víctima nuestro ilustrado colega El Palenque Literario.

>>Numeroso público acudió al acto. Ocupaban el banco de la defensa algunos señores letrados, entre los que figuraban Azcárate, Ponce, Giberga, Figueroa y otros cuyos nombres no recordamos en este momento.

>>Habló, en primer término, el señor Fiscal de Imprenta, quien expuso en muy breves frases los motivos legales que servian de fundamento á la denuncia por él formulada contra El Palenque Literario. El laconismo de la acusacion y la escasa voz del señor Fiscal, no nos permitieron guardar en la memoria ni sus argumentos, ni la forma en que los presentara.

>>Tocó su turno al señor Cortina, defensor del periódico denunciado. El discurso que con este motivo pronunció el conocido orador encargado de la defensa de El Palenque, fué notable bajo todos conceptos.

»>Palabra abundante, razonamiento científico, elevacion en las ideas, belleza en la forma, sentimiento en la exposicion de los hechos; hé aquí los rasgos principales del informe pronunciado hoy ante el Tribunal de Imprenta por el señor Cortina.

>>Plácido, el poeta esclavo, el dulce cantor de la Libertad, ha surgido de la tumba, obediente al enérgico conjuro de Cortina, para pedir á los hombres la justicia que sus tiempos le negaron. Mártir inocente de las duras leyes que anegaron en sangre las conciencias de los defensores del

derecho y de la emancipacion de los esclavos, sufrió Plácido las terribles. consecuencias de aquella formidable lucha que el año de 1844 agitara y conmoviera profundamente nuestra sociedad.

>>Cortina ha sabido rehabilitar la memoria del poeta, presentando al Tribunal de Imprenta las pruebas cumplidas de su inocencia. Esperamos que despues de tan brillante y varonil esfuerzo, sea absuelto El Palenque Literario, lo que deseamos de todas veras y es de creerse que así suceda, porque estos tiempos no son los del infortunado Plácido, ni estos Tribunales se parecen á aquellas Comisiones Militares».

-De La Discusion del mismo dia:

«El Palenque Literario. -Ayer tuvo lugar en la Audiencia la vista de la denuncia de este simpático colega literario-político.

>>Llevó la defensa el señor Cortina, que con argumentos sólidos é irrefutables demostró no sólo la improcedencia de la acusacion, sino la inocencia del inolvidable poeta Plácido, motivo de la denuncia.

>>El señor Fiscal vió rodar por el suelo su gran argumento sobre la inviolabilidad de la cosa juzgada (?).

>>Recomendamos á nuestros lectores el extracto que el señor Valdés ha de hacer en el próximo número del Palenque Literario, del discurso del señor Cortina: allí se verá la historia del proceso de Plácido y la suerte que tuvieron los que lo juzgaron».

-De La Razon del 2 de Julio:

«El viernes ha tenido lugar ante el Tribunal Superior de Imprenta, la vista pública de la denuncia promovida por el señor Fiscal. Cúpole al ilustrado jurisconsulto D. José Antonio Cortina, el honor de defender á nuestro estimado colega.-La elocuente defensa del señor Cortina, fué una de las buenas que hemos oido. En su larga peroracion estuvo siempre á notable altura, siempre inspirado, sentimental. Cada frase, cada período de su discurso, arrancaba lágrimas de sentimiento verdadero, con sus argumentaciones y oportunas citas históricas al numoroso pueblo que le oía. Pero donde mejor estuvo el orador, fué, cuando por incidente trajo á la memoria los sucesos de Villalar en tiempo de los Comuneros de Castilla, en 1525.

»Aquí, en este saliente período de las revoluciones políticas porque ha pasado nuestra patria querida, al recordar que un puñado de héroes se habian unido para sacudir la dominacion extranjera, al traer á su

mente los nombres gloriosos de Juan de Padilla, Maldonado, Bravo y demás compañeros mártires, el señor Cortina parecia revolverse entre sí, y como si su entusiasta espíritu se trasladara á aquella época de honor patrio y de martirio, luchaba para romper las cadenas con que una córte extranjera tratara de sujetar á su nacion querida.

>>Nosotros, que le hemos oido, aunque viejos y achacosos, nuestro jóven corazon latia con viril entusiasmo al impulso de su palabra, y le enviamos por ello nuestro más sincero parabien. Y le rogamos que no abandone ese terreno, el terreno del amor á la Libertad, identificándose siempre con el memorable recuerdo de los Padillas, los Riegos, los Empecinados y los Torrijos.-P. C.»

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«El viernes pasado tuvo lugar en la Real Audiencia la vista de la denuncia presentada por el señor Fiscal de Imprenta, contra El Palenque Literario. Un público inmenso llenaba la Sala, y distinguidos letra` dos acompañaban en Estrados á nuestro amigo el señor Cortina, que una vez más supo dar brillantísima muestra de su talento y elocuencia. El señor Fiscal pidió la condenacion del periódico, por estimar que en el suelto denunciado se atacaba la inviolabilidad de la cosa juzgada y se hacia la apología de acciones calificadas por las leyes, de delitos.

»¿Fué delincuente Plácido? La sentencia que le condenó, dictada en circunstancias extraordinarias, inspirada en fines políticos, por una Comision militar, algunos de cuyos miembros 6 fueron condenados á presidio por sus infamias, ó murieron invocando el perdon de sus víctimas, ó en el suicidio ahogaron sus remordimientos; aquella sentencia, evidentemente fundada en falsos testimonios, y que aún hoy, por consiguiente, pudiera ser revisada, ¿es la cosa juzgada, en el legal y racional sentido de la palabra? Y ¿hasta dónde alcanza la inviolabilidad por extension é impropiamente llamada así? ¿Es ilícito entenderla de tal suerte que nunca la historia puede á la vez juzgar lo que una vez fué juzgado por un Tribunal? Tales y tan interesantes cuestiones tocó con magistral acierto é inspirada palabra el hábil jurisconsulto. Revindicó, cual se merece, la simpática memoria del poeta, y los fueros de la Historia que el criterio fiscal quiso aprisionar en un mal redactado artículo de una triste ley de imprenta. Si juzgar el fallo que condenó á Plácido es un delito, decia Cortina, delinquen cuantos dicen que fué un parricida Felipe II, que fué

injusto el fallo que condenó á los condes de Egmont y Horn, que fué un crímen la muerte de los Carvajal; y delinquen cuantos veneran, á pesar de las ejecutorias, la memoria de los bravos Comuneros, que la cosa juzgada declaró traidores!

»>La Historia es libre, no está sometida á los errores de los jueces, y á pesar de éstos y de los Tribunales y de las Comisiones que condenan, injustos serán los fallos de la tirania. La cosa juzgada tiene autoridad en el sentido de que debe ser cumplida la sentencia, no en el sentido de que la razon, negándose á si misma, deba enmudecer ante la mentira.

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>>Pero imposible sería reproducir en todas sus partes el inspirado y profundo discurso de Cortina, y renunciamos á ello. Dámosle sí, el más sincero parabien á que se unirán sin duda cuantos aman en Cuba la ranza de sus libertades y el recuerdo de sus glorias, y felicitamos á El Falenque Literario que al revindicar en sus páginas la memoria del desgraciado Plácido, dió lugar á que en la palabra de Cortina brillase, ante los mismos Tribunales, con los más puros resplandores».

-De La Nacion del 3 de Julio:

«Con gusto hemos sabido que el Tribunal de Imprenta absolvió al apreciable colega El Palenque Literario, en la denuncia que estableció contra dicho periódico el señor Fiscal, á consecuencia de un suelto acerca del poeta Gabriel de la Concepcion Valdés (Plácido).

>>Damos la más cumplida enhorabuena á la indicada revista, en cuyas columnas aparecerá próximamente la brillante defensa que hizo en la Audiencia el jóven orador amigo nuestro, D. José Antonio Cortina, orígen del fallo absolutorio y de que se declarasen, las costas de oficio.»> -De El Amigo del País de igual fecha:

«En la mañana del viérnes tuvo efecto la vista de la denuncia formulada por el señor Fiscal de Imprenta contra El Palenque Literario, por un suelto en que se recordaba la muerte de Plácido, tan popular por su génio como por sus infortunios.

»Un numeroso público asistió al acto; y en las tribunas de los abogados, vimos á los señores Azcárate, Ponce (D. J. D.), Giberga, Figueroa, Suzarte (D. F.) y Armenteros (D. Pedro).

>>El Fiscal interino, señor D. Martin Vilaró y Diaz, apoyó la acusacion en brevísimas frases, reproduciendo, casi al pié de la letra, la denuncia escrita. El señor Dr. D. José Antonio Cortina hizo enseguida una

brillantísima defensa, abundante en movimientos oratorios, que causaron profunda sensacion en el público, y que, lo creemos sinceramente, le alcanzarán merecida victoria, con la absolucion del periódico denunciado.

>>Trató el señor Cortina, con acierto, de la cosa juzgada: hizo patentes los hechos que dieron origen á las persecuciones del año 1844, presentando, con vivos colores, los excesos que se cometieron por varios de los Fiscales encargados de iniciar y seguir las causas, uno de los cuales fué, por su conducta venal y aviesa, condenado á presidio poco despues; revindicó los fueros de la crítica histórica, evocando, en magnífico arranque, la venerable memoria de Padilla y Bravo, esos mártires de la Libertad, inmolados en nombre de la Ley: leyó trozos de articulos sobre la muerte de Plácido, más vehementes que el suelto de El Palenque, y autorizados, no obstante, por la censura prévia de la Habana; y unas páginas escritas por D. Jacobo de la Pezuela, tan competente en cuestiones de historia cubana, juzgando en el mismo sentido aquel hecho tan lamentado por propios y extraños, como una desgracia irreparable para las letras y para la humanidad.

»No concluirémos esta rápida reseña, en que no nos seria posible concretar el fogoso discurso del amigo Cortina, sin rendir un tributo de respeto y de simpatía al Tribunal de Imprenta, que ha subido á gran altura en la consideracion general, no sólo porque, como dijo el señor Cortina, se mantiene sereno por encima de las tempestades políticas; sino porque consagra, con ilustrada tolerancia la amplitud y la libertad de la defensa, base primera de la recta administracion de justicia.»

-Del Boletin Comercial del 4 de Julio:

«Sabemos que nuestro apreciable colega El Palenque Literario, ha sido absuelto libremente de la denuncia formulada contra él por el señor Fiscal de Imprenta, declarándose las costas de oficio.

>>Damos la más cumplida enhorabuena al simpático Palenque, por la absolucion que acaba de alcanzar mediante los esfuerzos de su elocuente defensor».

-De La Discusion de igual fecha:

«El Palenque Literario.-Este simpático colega literario-político ha sido absuelto de la denuncia, en cuya vista tan bien lo defendió el señor Cortina.

>>Nos alegramos del susto que ha pasado el amigo Cárlos Genaro Val

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